Se jugaba el partido América vs Rayados, al minuto 55, luego de que los regios ejecutaran un tiro de esquina, los de Coapa iniciaron un contrataque, Iker Fimbres (del Monterrey) cometió una falta sobre su adversario (a 80 metros de su portería) intentando detener el avance , el silbante en turno, Daniel Quintero, “se puso el frac” aplicando la ley de la ventaja (y así lo consignó el narrador en turno), en el medio campo Germán Berterame (de Rayados) le hizo una entrada de “pocos amigos” a Zendejas, sin lograr golpearlo plenamente, para que el carrilero americanista se incorporara inmediatamente, persiguiendo la esférica (con la segunda aplicación de la ventaja por parte del colegiado) para que continuar su acometida , alcanzando la pelota , mandando “un centro a la olla” que fue bloqueado por la defensiva enemiga, consiguiendo un tiro de esquina, mientras que el juez (acertadamente) se abstuvo de mostrar cartón preventivo alguno.

Echando a volar la sinceridad, no puedo dar crédito a lo que a continuación escuché en la televisión.

“La entrada de Berterame debe de ser de amonestación”, clamaba el narrador. “Esto de los árbitros es incompresible y tienen razón los futbolistas del América, es inobjetable la amarilla para Berterame; es más, si mucho me apuran pudo haber sido amonestación para Fimbres” acotó uno de los analistas.

Para acabarla de amolar, el narrador se tomó el atrevimiento de afirmar: “Lo de Daniel Quintero el Vergonzoso”. Para que otro de los analistas rematara diciendo en tono de burla: “A lo mejor es que Zendejas se tenía que tirar tres maromas”. “Esto es premiar al infractor”, se escuchó por ahí.

Escapa a mi entendimiento, cuál es la razón del por qué muchos de los que portan un micrófono, en nuestro querido deporte, estén obsesionados en opinar de arbitraje.

Digo, no dudo de que sean unos expertos en balompié; sin embargo, resulta evidente que no están actualizados en cuanto a las reglas que rigen el futbol se refiere.

Si el árbitro aplica la ventaja y el resultado es positivo (es decir, continúa el ataque), NO se amonesta, a menos que, la entrada haya sido temeraria; es decir, que al existir un contacto se tome en cuenta el riesgo o el daño físico que podría implicar para su adversario (lo que no ocurrió). Tampoco aplica el “cortar un avance de promesa”, porque no sucedió.

Es indispensable, siempre, para opinar, en cualquier ámbito, estar bien informado; especialmente en los medios … zapatero a tus zapatos.