13, septiembre 2024 - 6:12
Chepo Reynoso jamás imaginó que con él nacería una leyenda del boxeo mexicano / Foto: David Tamayo
Guadalajara, Jalisco.- Día de sparring en el Julián Magdaleno y el ambiente de combate se respira desde la banqueta del lugar donde algunos de los boxeadores saltan la cuerda. El gimnasio es pequeño, si uno se asoma, las decenas de púgiles golpeando los sacos y las peras tapan casi por completo el ring que al fondo alberga a dos de ellos propinando golpes el uno al otro. Pero si logras sortearlos, avanzas y entonces está ahí en una de las esquinas José el Chepo Reynoso, mítico entrenador que es famoso por formar a Saúl Canelo Álvarez, pero por el que han pasado miles de jóvenes en busca del sueño del profesionalismo.
La violencia lo llevó a emprender el viaje más emocionante de su vida
La historia del Chepo Reynoso es obra del destino. Dice él que las cosas “pasan para algo y no por algo”, es por ello que agradece el momento en el que tuvo que huir de su natal Moyahua, Zacatecas debido a la violencia, y aunque lo recuerda como uno de los momentos más tristes de su vida, fue también la oportunidad de llegar a Guadalajara, conocer el boxeo y convertirse en la leyenda que ahora mismo representa.
“Yo tenía 11 años cuando contra mi voluntad tuve que salir con toda la familia de allá de mi pueblo de Moyahua, Zacatecas porque hubo una balacera. Se mataron dos familias y fue un ‘desbarajuste’, por culpa de eso tuvimos que salir huyendo. Parecía que iba a seguir la cosa, allá en los pueblos era muy común hace 60 años la gente se mataba, yo no sé, creyendo que iban a ser como Cristo, que iban a resucitar al tercer día y no, mi abuelo hace 60 años que se murió y nunca resucitó”, cuenta Reynoso a ESTO.
¿Cómo llegó Chepo Reynoso al boxeo?
El cambio de ciudad no fue nada sencillo para Reynoso y su familia, de entrada su padre, que era albañil, tuvo que aprender la profesión de carnicero y fue así que el mismo Chepo se dedicó a lo mismo hasta que apareció el boxeo en su destino, y aunque en un principio se negaba a aceptarlo, terminó por entregarle todo lo que ahora tiene.
“Un amigo de mi papá que le gustaba el boxeo y era amigo del Alacrán Torres supo que yo quería aprender boxeo porque en el barrio hay pandillas y me llevó. Fue mi primer encuentro con el boxeo por allá de 1967. Nunca fui boxeador profesional, fui amateur, me casé muy joven y se metieron mis hijos, los empecé a llevar a entrenar y así empezó. Cuando menos pensé ya estaba involucrado con Nacho Silva que fue mi primer entrenador, después estuve con Julián Magdaleno ya como ayudante y entonces ya estaba yo bien involucrado en el boxeo. Al final tuve que dejar todo lo que era mi oficio de la carnicería por una ilusión y nos fue bien. Se involucró también Eddy mi hijo y ya empezamos a fabricar boxeadores y a hacer campeones”, relató.
“Yo estuve en un encrucijada muchas veces, días y semanas de que ya mi negocio no me iba bien porque lo descuidé por el boxeo. No tenía dinero porque en el boxeo no ganaba nada, pensaba dejarlo ya y dedicarme a mi negocio que siempre me había dado para mantener a mi familia, a los cinco hijos que tengo. Pero quién sabe, un día me levanté y dije adiós carnicería, le mente la madre y fue mi apuesta, me fue bien en mi apuesta”, continuó.
¿Quién fue el primer entrenador de Saúl Canelo Álvarez?
Y fue así que después de años de esfuerzo y de “picar piedra”, como decimos los mexicanos, apareció en el Julián Magdaleno un joven pelirrojo y pecoso de 14 años que cambió no solo la vida de los Reynoso, también la historia del boxeo mexicano. Aunque cuando el Chepo lo vio por primera vez, jamás se imaginó que llegaría hasta donde está, pero que sabe perfecto por qué lo logró.
“Dice la gente ‘usted se imaginó que iba a llegar tan lejos’, pues no, mentiría uno. Pero no me extraña donde ha llegado porque todo ha sido cuestión de trabajo y por trabajo. Él ha trabajado bien y sobre todo ha sido responsable, ha tenido mucha disciplina con la Ilusión de dejar huella en el boxeo. Hasta la fecha yo creo que ya dejó una huella imborrable y todavía lo que le falta por caminar” confesó Reynoso.
20 años de que Saúl Álvarez llegó con Chepo Reynoso
Del día que Saúl Álvarez llegó al gimnasio de José Reynoso a la fecha han pasado 20 años. Por cuestiones de salud el Chepo ya no se involucra en su preparación, pero Eddy, su hijo, acompaña el púgil mexicano desde el inicio de su carrera y juntos lograron lo inimaginable.
“Aquí entran muchos muchachitos y vienen y se van, vienen y se van. A Saúl lo trajo su hermano Rigo, el mayor, pero lo importante fue que cuando lo empezamos a entrenar él tenía 14 años y la diferencia con otros es que aprendía lo que le enseñábamos y arriba del ring lo desarrollaba. Fue cuando empezamos a ver que ahí había un buen elemento, un peleador que podía llegar lejos”, cerró Chepo Reynoso.
Pese a ya no estar involucrado al 100 por ciento en la preparación de Canelo, Chepo Reynoso viaja cada pelea con el boxeador mexicano como lo ha hecho siempre con todos sus muchachos. Al final, el box “es como un veneno que tienes en la sangre”.
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¿Cómo entrenar en el Julián Magdaleno, el gimnasio donde se formó Canelo Álvarez?
El retiro ya había llegado a la vida de Chepo Reynoso, sin embargo, el entrenador regresó a su gimnasio y ahí todos los días de 9 de la mañana a una de la tarde, supervisa el trabajo de decenas de jóvenes púgiles que tocan la puerta del Julián Magdaleno en busca de una oportunidad, todo nada más por “amor al arte”.
“Yo aquí en este gimnasio que acabamos de remodelar hace poquito no cobro un quinto. No cobro renta ni nada porque ya gané mucho dinero, lo que nunca soñé, entonces sería injusto. Los muchachos vienen y se sienten a gusto porque aquí es muy familiar, aquí gente que no se porta bien no puede estar, si salen otros campeones solamente dios dirá, pero aquí estamos trabajando”, relató Reynoso a ESTO.
La frase de Chepo Reynoso que marca a todo aquel que decide entrenar con él
Fiel al mural que adorna el lugar y que se lee: “Lo peor que te puede suceder es que te valga madre perder”, el único requisito que pone el Chepo a los jóvenes que llegan a su gimnasio es el esfuerzo, pues es la clave y aunque las nuevas generaciones ya no son las mismas, el experimentado entrenador siempre trata de inculcarles los mismos valores a todos.
“Una vez le dije yo al Johan, sobrino del Canelo, ‘tú tienes más ventajas que tu tío porque hace 20 años que empezó no teníamos las mismas facilidades, ni los mismos contactos, ni nada’. Ahora con los contactos que tenemos ya podemos elegir con quien pelear y todo, cuando yo empecé hace 30 años batallábamos mucho, recuerdo que me iba en camión a la CDMX en la noche y amanecíamos en la ciudad; ahora con Saúl vuelo privado y hoteles de mil estrellas, todo bien diferente, pero tampoco me deslumbra, hay que trabajar para eso”, contó.
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Además de Reynoso, en el Julián Magdaleno laboran otros entrenadores que guían el paso de los joven y hay de todo, desde los que empiezan desde cero hasta los que ya están por disputar un campeonato Mundial, “esto es una jugarreta , por aquí han pasado miles y miles y unos cuantos campeones del mundo”, asevera con una sonrisa el Chepo.