El duelo entre Chivas y Caimanes de Colima resultó muy extraño. Apenas se jugó un tiempo de 45 minutos, aunque ese tiempo fue suficiente para que el Rebaño ganara por 3 goles contra uno. Resultado que, por lo menos, le sirvió para adquirir confianza de cara al Clásico Nacional.

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La mala noticia para el conjunto del chiverío fue que su canterano Yael Padilla salió lastimado.
La extrañeza del encuentro se dio desde antes del silbatazo inicial. El choque estaba programado para las 17 horas, tiempo del centro de México, pero un diluvio acompañado de una tormenta eléctrica, terminó por aplazar el arranque. Cuando las condiciones climáticas lo permitió, el duelo inició a las 18:10 horas, aproximadamente.

En una cancha del estadio Colima, que parecía un potrero por las malas condiciones, los jugadores de Chivas se dedicaron a “cascarear”.

La fragilidad de Caimanes quedó demostrada muy pronto. Un doblete de Ricardo Marín dio tranquilidad al cuadro dirigido por Fernando Gago. El ariete hizo el primero de penalti al minuto 15 y el segundo, que llegó cuatro minutos después, fue gracias a un error defensivo del contrincante que lo dejó solo para definir frente a la portería colimense.

Pável Pérez hizo el tercero, luego de un madruguete en un tiro libre que le permitió al futbolista de los tapatíos anidar el esférico (35’).

Guadalajara se relajó demasiado antes el estado del campo y vino el descuento de Caimanes cerca del final del encuentro, con un regalo de la zaga.

Como era de esperarse, las figuras del Rebaño como Roberto Alvarado y Javier Hernández no tuvieron participación, ya que el primero jugó con la Selección Mexicana y el segundo se encuentra en recuperación por una dolencia.

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Lo único rescatable es que Chivas mantuvo el ritmo anotador a unos cuantos días de enfrentar al América.