Hace casi 20 años, el 27 de agosto de 2004, se presentó una de las grandes sorpresas en la historia de los Juegos Olímpicos. Con la creación del Dream Team en sus diferentes versiones, parecía un trámite el dominio de Estados Unidos en el baloncesto olímpico, hasta que llegó esa edición de la justa veraniega.

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Varias súper estrellas de la NBA como Kobe Bryant, Shaquille O’Neal y Kevin Garnett, entre otras, rechazaron la invitación para unirse a su representativo, por lo que Larry Brown se vio obligado a formar una selección con algunas figuras consagradas como Tim Duncan, Allen Iverson y Stephen Marbury, con jóvenes emergentes como LeBron James, Dwyane Wade y Carmelo Anthony.

El experimento fue un rotundo fracaso. Barcelona 1992, Atlanta 1996 y Sídney 2000 habían conseguido el oro de manera perfecta. Aplastando a sus rivales. Pero en Atenas 2004 fue diferente. Desde la fase de grupos se estrellaron en dos oportunidades. Puerto Rico y Lituania les ganó, pero lograron avanzar a la fase de eliminación directa.

Ahí se deshicieron de España en cuartos de final, antes de estrellarse contra la generación dorada del basquetbol argentino.

Esa semifinal se jugó al ritmo que lo decidió Manu Ginóbili, escoltado por Andrés Nocioni, Luis Scola, Fabricio Oberto y Carlos Delfino, todos ellos con pasado en la NBA.

Ese 27 de agosto del 2004 Argentina realizó una de las mayores hazañas, eliminó a Estados Unidos en el baloncesto olímpico al imponerse 89-81. Posteriormente ganaron el oro sobre Italia, mientras que esa mal recordada versión del Dream Team se tuvo que conformar con la medalla de bronce. Un fracaso que a la fecha le sigue pegando duro a los norteamericanos, que decidieron mandar a París 2024 la mejor quinteta posible para así evitar que se repita una historia negra en la historia de su deporte.

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De ese equipo todavía sobrevive LeBron James en el actual equipo, el astro que después regresó para ganar en dos ocasiones el oro olímpico.