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Mira

26, julio 2024 - 20:57

┃ Héctor Alfonso Morales

Ajolote baila en París

Apareció el Ajolote en la Torre Eiffel y todo el mundo se puso a bailar. Armó la fiesta en París 2024 porque se quedó sin entrar a la ceremonia de inauguración, pero demostró que cuando un mexicano no tiene invitación al festejo, se inventa uno. Y todos lo siguen.

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En el Laberinto de la Soledad, Octavio Paz, señala que “la fiesta es una revuelta” y en tierras francesas, la revolución se hizo al ritmo de “No rompas más” de Caballo Dorado, Cielito Lindo y La víbora de la mar. Hasta algunos aficionados de Uzbekistán se unieron al descontrol, siempre con el Ajolote en el centro de todo. Su carisma detonó el carnaval.

Para la festividad, donde se celebraba el simple hecho de coincidir en algún lugar del mundo, había alcohol, risas, abrazos y sombreros de charros. Todo era un jolgorio, contrastante con la solemnidad del evento de apertura de París 2024, donde hay funcionarios con traje, discursos con buenas intenciones y protocolos férreos.

Por eso, el ajolote causó sensación desde que apareció en tierras francesas. Organizó el festejo de los de abajo, los sin boleto al evento que dio inicio a los Juegos Olímpicos. Los curiosos le pedían fotografías como si fuese una leyenda deportiva o un rockstar. Por lo menos ayer, se acercó mucho a esa categoría y habrá más de uno que atesore los bailes y las carcajadas al pie de la Eiffel.

Pero ese emblemático animal tiene una identidad humana que pasa a segundo plano porque París baila al ritmo que quiere.

“Mi nombre es Alejandro Platas Salazar, originario de Tejupilco, Estado de México. Nos encontramos en París 2024. No pudimos entrar al desfile, desafortunadamente, pero aquí estamos echando todos los kilos, dándoles lo mejores vibras a nuestros atletas, porque tenemos que poner a México en alto”, manifiesta el hombre que se decide a quitarse el disfraz del simpático ser.
Pero…y a todo esto, ¿por qué Alejandro decidió llegar a la capital de Francia con ese traje tan sui géneris como fascinante?

“El ajolote es originario de México, nos representa a todos los mexicanos, aparece en nuestro billete de 50 pesos”, resalta, mientras trata de tomar aire, luego de bailar en todos los ritmos posibles con los aficionados de Uzbekistán.

El joven que encarna al anfibio sólo se cree uno más del descontrol en París. “Entre todos armamos el ambiente. Los mexicanos somos sangre divertida, caliente y amados por todo el mundo, Viva México, cabrones”, sentencia.

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