Al iniciarse el torneo de Apertura 24-25 en el balompié mexicano, desafortunadamente, tuvimos la pena de enterarnos de que en el partido Tijuana vs Chivas, (correspondiente a la fecha dos, celebrado en la ciudad fronteriza) del fallecimiento de un aficionado al ser baleado luego de una riña ocurrida entre partidarios de uno y otro equipo.

Después, al celebrarse la final de la Copa América, en Miami, en el vecino país del norte, disputada entre Argentina y Colombia, el partido se retrasó por más de una hora debido a que los aficionados “dieron el portazo” para que muchos ingresaran al inmueble sin boleto pagado, campeando el caos y el desorden.

También en la Euro Alemania 2024 la violencia se hizo presente, por “fortuna”, la mayoría de las veces fuera del estadio. No fue raro escuchar que: “los hinchas de Países Bajos y los polacos se liaron a golpes”, “ingleses, serbios y albaneses protagonizaron una batalla campal, arrojándose mesas y botellas”, “turcos y gregorianos se dieron con todo”, haciendo apología del fanatismo, exhibiendo una conducta criminal.

¿Quieren más?, pues al iniciar las “hostilidades” balompédicas en los Juegos Olímpicos, Francia 2024, de nueva cuenta: el despelote, el caos y la confusión reinaron en la tribuna, permeando hacia el terreno de juego en el Argentina vs Marruecos.

El silbante del encuentro se vio obligado a añadir 15 minutos al segundo tiempo, mientras los argentinos perdían al son de dos goles por uno.

Al parecer, la constante invasión de cancha del público marroquí provocó que se tuvieran que “compensar” tantos minutos. Se habla de que el partido fue suspendido siete veces por dicho motivo.
Para no hacer el cuento largo y para no variar, los pibes lograron el tanto del empate (pasaditos los 15 minutos) lo que dio pie a que el público africano “sospechara” de que “el encuentro se había prolongado hasta que empatara Argentina” ¡Órales!

Luego entonces la ira produjo la invasión masiva del terreno de juego, se habla de que hasta hubo petardos y todos los participantes tuvieron que refugiarse en el vestidor.

Parecía que el marcador final era de empate; pero, el VAR “metió la cola” y resulta que había fuera de juego en el tanto de la igualada.

Luego de dos horas, con el estadio vacío, regresaron a la cancha para realizar el protocolo de anulación del tanto y para jugar tres minutos más, en una situación insólita e inédita.

Sin mencionar el “cambio de sede” que sufrió el Campeonato Sub 20 de CONCACAF, que se iba a jugar en Celaya; pero, por la violencia se trasladó a Irapuato y León.

Todo lo escrito con anterioridad nos debe mover a la reflexión ¿Qué nos pasa? … al público ¿Quién le puso el “respetable”?