Se podría pensar que la visita de los Yankees de Nueva York a la Ciudad de México se trató de un gran negocio para la organización de los Diablos Rojos del México, sin embargo, no fue así, se realizó la serie contra los Mulos de Manhattan más como un deseo de la familia Harp, que le quería regalar a la nación escarlata un emparejamiento para el recuerdo. Fue un obsequio superior a los 100 millones de pesos, según dirigentes del equipo capitalino.

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Después de varios meses de negociación, la franquicia de los Pingos pudo cumplir el sueño de traer a la capital del país a uno de los equipos más cotizados, no solamente en el beisbol, sino del mundo.

Querían regalarle estos juegos a los aficionados

El Presidente Ejecutivo de Diablos Rojos, Othón Díaz, detalló al periódico ESTO que la realización de esta serie entre los dos equipos más ganadores de la MLB y LMB jamás fue con la idea de obtener ganancias económicas, se efectuó para celebrar la remodelación del “Diamante de Fuego”, así como los cumpleaños de Don Alfredo y Santiago Harp, sin olvidarse de la afición.

“Te puedo decir que en el caso de Diablos Rojos pues no, no fue la intención el hacer un negocio como tal, sino regalarle a la afición estos dos juegos. Realmente los montos que se manejan para que una franquicia como Yankees de Nueva York venga para acá es referente a sus traslados, a los hoteles en los que están hospedados, a todos los requerimientos que ellos nos plantean como parte de las necesidades, que tienen. Francamente, pues son unas cantidades muy elevadas”.

“Sin embargo, aquí yo pues no me queda más que volver a reconocer a Don Alfredo Harp, ya que él dijo que su afición lo merecía y que también pues se lo quería dar de cumpleaños a él (11 de marzo) y el 26 de marzo, fue cumpleaños de Santiago, entonces se hicieron un regalo de cumpleaños y nos regalaron a la afición, algo que sin duda va a ser histórico y que si recordamos con tanto cariño algo que sucedió hace 56 años y que a la mayoría de nosotros ni siquiera nos tocó verlo”.

Pudieron traer a otros tres equipos por menos dinero

Othón Díaz reconoció que el costo de la inversión que se hizo fue tan elevado que bien se pudieron traer a otras dos organizaciones de las Grandes Ligas. “Te lo podría dividir en tres aspectos (la inversión). Sí, un aspecto es todos los requerimientos que se tienen que cumplir en el estadio, hospedaje, alimentación y en eso sí podemos, tal vez decir que están estandarizados con todos los equipos de la MLB). Aunque con Yankees sí había cosas adicionales, entonces sí es más caro traer a Yankees que traer, por ejemplo, a Rockies de Colorado”.

Abundó: “En donde sí hay una diferencia muy grande es en la parte de lo que se le paga al equipo. Yo te puedo decir que traer a Yankees es un costo similar a traer a dos equipos del resto de la liga. Sí marca una diferencia realmente. En otras palabras, lo que costaría traer a un equipo un juego de temporada regular de Grandes Ligas, pues es aproximadamente lo que costó traer a Yankees para jugar con Diablos”.

Los gastos para traer a Yankees ascendieron los 100mdp

Se habló de unos 200 millones de pesos el costo por traer a los Yankees, a lo que el directivo del cuadro capitalino explicó que solo en el aspecto deportivo se emplearon poco más 100 millones de pesos, sin contar el resto de los gastos por los juegos artificiales, los mariachis, las artistas que interpretaron los himnos nacionales, por mencionar algo.

Dejó en claro que Diablos Rojos ni tablas salió en la negociación, pues si bien hubo ganancias en el boletaje y en todo lo que se vendió dentro del inmueble Alfredo Harp Helú no se alcanza a equilibrar la balanza, aunado a que la organización de la Liga Mexicana de Beisbol tampoco recibió un peso por los derechos de transmisión, todo quedó en manos de las Grandes Ligas.

Hubo buena derrama económica

Al mismo tiempo el dirigente escarlata destacó que sí hubo alguna derrama económica tanto de la gente que se benefició de las ventas externas al inmueble como de los más de 1000 empleos que se generaron por día en cada encuentro.

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“Toda la parte de mercancías que se vendían por parte de la gente afuera del estadio, créeme que no es lo que más me gusta porque es mercancía pirata, por supuesto, pero la verdad es que hubo mucha gente que desde ese punto de vista se vio beneficiada. Te puedo decir que en el estadio tuvimos por día más de 1000 personas empleadas, o sea que tuvieron pues un trabajo bien remunerado esta gente que realmente fue parte fundamental para lograr que, en cada lugar, en cada cosa, todo funcionara, desde lo más sencillo que pudieran ser los baños hasta la suite que estaban atendidas por los meseros y que dieron una atención, pues como se ve en México, esa atención que todo el mundo reconoce que, pues somos grandes anfitriones”, indicó.