Impulsada por la adrenalina de tener una pistola en sus manos, Andrea Ibarra repite una y otra vez el ritual del tiro. Aunque las emociones le aceleran el pulso, la deportista permanece estática, apunta y luego dispara, con el estruendo como punto culminante de un proceso que puede llegar a repetir hasta cien veces por día.

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Aunque nadie sabe a ciencia cierta cómo llega a ser lo que es, Andrea recuerda que de niña era tan inquieta que sus padres la llevaron a un curso de verano para que probara varios deportes, pero a ella, como una travesura más, le gustó el tiro deportivo. Ahí, a sus 10 años, hizo una breve prueba, y a pesar de que en su primer disparo no acertó en el blanco, lo tomó como un reto que, sin saberlo, la llevaría a convertirse en una de las mejores del país.

Con apenas un año en la selección mayor, la tiradora nacida en Hermosillo, Sonora, encara semanas trascendentales en su intención de clasificar a sus primeros Juegos Olímpicos. Su primera oportunidad será del 31 de marzo al 8 de abril, en el Campeonato de las Américas, en Buenos Aires, en caso de no conseguirlo tendrá una segunda chance en la Copa del Mundo de Brasil. “Es un sueño que he llevado desde que supe que iba a estar en el ciclo olímpico, la verdad estoy confiada de que puedo hacer buen trabajo, quiero enfocarme en lo técnico, quiero estar concentrada en lo que tengo que hacer, no pensar en la cuota, porque eso sí nos traiciona muchísimo la mente”, dijo Andrea, en entrevista con el ESTO.

ANDREA IBARRA ES HISTÓRICA

Con apenas 20 años, Andrea hizo historia al ganar su primera medalla en una Copa del Mundo, al colgarse la plata en la prueba de pistola de aire 10 metros, en Granada, España. Poco antes, la mexicana había clasificado a su primera final en Egipto, un antecedente que retrata su constante evolución en la disciplina, tanto en lo deportivo como en lo mental.

“La motivación de esta medalla es tener seguridad de que puedes lograrlo, en que puedes estar entre las mejores, esa medalla me dio como motivación a darme cuenta a mí misma que si puedo estar ahí”, porque yo antes decía ‘ay, están muy grandes, todavía me falta años de experiencia para poder estar ahí’, pero en esta competencia fui bien tranquila en mi mente, fui a hacer lo que tenía que hacer en lo técnico, y se logró, entonces hay que seguir con la mente así y eso me va a resultado”.

Posicionada en el segundo lugar del ranking mundial, Andrea Ibarra habla de los sacrificios con la resignación del deportista de alto rendimiento, la certeza de que nada es más importante que luchar por los sueños. Las largas concentraciones, el estar lejos de la familia por meses, el perderse las fechas importantes.

“Ya que subí al podio no podía dejar de sonreír, aún no puedo explicar las emociones que sentí en ese momento, estaba feliz. Ahí es cuando un atleta se da cuenta que todo lo que ha hecho ha valido la pena”.

BRILLÓ EN CENTROAMERICANOS Y PANAMERICANOS

La tiradora encara la recta final del ciclo olímpico con el impulso que supuso el 2023, donde se consagró como una realidad en la selección mayor. De la mano de experimentadas atletas experimentadas como Alejandra Zavala, una guía en todo este camino, Andrea ganó cuatro medallas de oro en los Juegos Centroamericanos y otra más en los Panamericanos de Santiago 2023.

“Puedo decir que el año pasado fue el mejor año hasta el momento de mi trayectoria deportiva, con esas cuatro medallas en Centroamericanos, la medalla de Panamericanos, y fue mi debut, fue padre haber podido lograr eso, pero siento que me dio como el sabor de boca de querer hacer más, que puedo lograr más todavía, ganar mis medallas individuales en los Panamericanos, que eso me faltó, entonces siento que sí, este 2023 me hizo que abrir los ojos y decir ‘Andrea, tú puedes más’, siento que esto fue un empujoncito”.

DE PROMESA A REALIDAD

El nombre de Andrea Ibarra lleva tiempo en el radar de las jóvenes promesas del deporte mexicano. En el 2018, la sonorense hizo historia al ganar la medalla de bronce en los Juegos Olímpicos de la Juventud, en Buenos Aires. Poco después, en la primera edición de los Juegos Panamericanos Jr, en Cali, Colombia, se colgó la presea de bronce. Este progreso le permitió llegar con bases competitivas a la categoría mayor.

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“Siento que el empezar de competencias juniors e irme preparando me ayudó muchísimo a que, cuando hiciera este cambio a las mayores, no llegar sin conocimiento, siento que me ayudó mucho el estar en los Juegos Olímpicos Juveniles, el estar en los Juegos Panamericanos Juniors”.

A su edad, la tiradora aún es elegible para participar en la próxima edición de la Olimpiada Nacional, donde buscará aumentar la cuenta de medallas para Sonora, su estado. El foco, sin embargo, está en el Campeonato de las Américas y en buscar el sueño olímpico. “Yo todavía soy de Olimpiada Nacional, a lo mejor en ese lapso toca, pero si no, seguiré aquí en Hermosillo, Sonora, entrenando, y una semana antes nos iríamos al CNAR a concentrarnos ahí, pero toda la preparación rumbo al Campeonato de las Américas, esta gira de competencias ha sido preparación”.