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Mira

2, marzo 2024 - 21:30

┃ Rubén Beristáin

Javier disputó poco más de quince minutos / Foto: Ramón Romero

Cuando Chicharito se disponía a festejar su gol en su regreso al estadio Azteca después de varios años, una bandera levantada lo arruinó todo. El Coloso explotó, pero Javier Hernández lo lamentó y todo se apagó. El delantero mexicano pudo lograrlo, pero al final se quedó con las ganas en los pocos minutos que pudo disputar ante Cruz Azul.

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Todo comenzó tranquilo para el jugador tapatío. Con el conocimiento de que podría tener más minutos de juego que en su partido debut contra Pumas en esa evolución que tiene en su recuperación. El lente del Diario de los Deportistas lo captó con un semblante sereno en la grama de un estadio que no pisaba desde hace varios años, sobre todo a nivel de clubes, porque con la Selección Mexicana lo hizo en más ocasiones. La última de ellas en eliminatorias de cara al Mundial de Rusia 2018.

Cuando el equipo visitante saltó a calentar previo al partido, Javier Hernández fue reconocido al instante y se convirtió en el futbolista más ovacionado en un recinto que poco a poco se pintó de rojiblanco. Sobre todo cuando el delantero anotó una tercia de balones en su práctica de tiros a gol. El dorsal 14 no falló ninguna vez y el público se emocionó por su forma de definir.

El primer tiempo fue un completo martirio para Chicharito. El atacante mexicano sufrió desde el banquillo cada gol que marcó su rival celeste. Uno, dos y tres, y sin ningún tipo de respuesta. Fue por eso que en el medio tiempo Hernández aceleró su calentamiento, con la ilusión de poder ingresar en el complemento, pero no fue así.

El jugador rojiblanco tuvo que ver cuatro cambios consecutivos y para su mala fortuna ninguno como protagonista. El director técnico Fernando Gago decidió primero meter al joven José Juan Macías y CH14 tuvo que esperar más tiempo.

“Chicharito, Chicharito” cantó el público tapatío al unísono y se escucho por todos lados, directo a la zona de banquillos y el timonel argentino respondió a los pedidos. Al minuto 75, Hernández paró el calentamiento, se quitó la casaca, la aventó al banquillo e ingresó al campo.

En poco tiempo, el delantero mexicano se llevó los reflectores con dos oportunidades claras de cara a la portería. Una la falló y la otra la metió, aunque ambas opciones fueron invalidadas por fuera de lugar. El Chicharito pudo festejar y estrenarás con Chivas, pero se quedó con las ganas.

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