26, enero 2024 - 10:06
Pablo Hermoso dirá adiós a las grandes ligas / Foto: Daniel Galeana
Por Mildred Estrada | El Sol de México
SAN MIGUEL DE ALLENDE. El próximo 5 de febrero, La Monumental Plaza de Toros México cumplirá 78 años, un aniversario que estará marcado en la historia por dos valiosos motivos.
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El primero es que el Coso de Insurgentes reabre sus puertas a la comunidad taurina tras haber vivido meses de incertidumbre, esto debido a la suspensión de corridas desde 2022, tras una denuncia realizada por la ONG Justicia Justa, en la que se argumentó que estos espectáculos representan un maltrato animal y que impiden tener un ambiente sano.
El segundo motivo es que ese día una leyenda de la tauromaquia, el rejoneador español Pablo Hermoso de Mendoza, se despide de los ruedos con un cartel especial en el que también figuran Ernesto Javier “Calita” y Arturo Gilio, que confirma la alternativa. Este acontecimiento viene acompañado de una “gira de despedida” de Pablo Hermoso por España, Portugal y Francia, durante todo 2024.
“Me siento pleno, realizado porque es como poner broche de oro a una carrera que ha sido increíble. Pero a la vez es desafiante, porque antes de salir al ruedo me pongo a pensar si ese será mi último paseillo, mi última corrida. Me da nostalgia y cierta tristeza decir adiós a una etapa tan importante de mi vida”, compartió en entrevista el famoso rejoneador, mientras bebía un vaso de jugo en su finca de San Miguel de Allende, donde nos recibió.
“Pero si soy sincero, hay algo dentro de mí que me dice que no es un adiós a mi carrera. Es un adiós a las grandes ligas, al circuito. Seguiré siendo torero, montando a caballo y seguramente voy a hacer una presentación esporádica, para seguir plasmando mi arte”, dijo pensativo.
Para él, La Monumental es su segunda casa, además de uno de los tres escenarios más importantes para la tauromaquía. “Para bien o para mal, le cambia la vida a un torero en una tarde. Te puede lanzar al estrellato o te puede bajar hasta los mismos infiernos”, expresó.
La define como una “plaza pasional, es la más grande del mundo. La que más público concentra y ese cariño y calor de la gente te lo transmiten los mexicanos. Son muy naturales, cuando algo les gusta el ¡ole! Es rotundo y unánime. Te llega hasta las entrañas y cuando no les gusta, también te lo hacen saber con ese estilo peculiar que tienen”, contó.
El famoso rejoneador suma una trayectoria de alrededor de tres décadas que rebasan las dos mil 600 corridas y más de cuatro mil orejas.
Sus inicios en el mundo taurino
En uno de los salones de la casa club -así llama al espacio donde se encuentran las áreas de esparcimiento- que tiene una vista panorámica de los cerros del bajío mexicano y una gran diversidad natural, Pablo, también conocido como “El centauro estellés”, contó abiertamente sobre su gran pasión que lo ha llevado a escribir memorables episodios en la historia del toreo a caballo.
Recordó que fue a los 14 años cuando decidió unir sus dos pasiones, el caballo y los toros, sin pensar que eso lo llevaría por un camino profesional de alto reconocimiento internacional.
“La pasión del caballo es parte de mi vida, nací y crecí en ese mundo, los toros me empezaron a llamar la atención en mi adolescencia, me gustaban mucho, entonces empecé a ver rejoneos, pero en la zona donde vivía había pocas corridas, así que aprovechaba cualquier momento para verlos y grababa en mi memoria cada movimiento que después ponía en práctica en casa con los caballos que teníamos”.
Así fue como se fue introduciendo a este mundo y once años después pudo torear en varios poblados españoles.
“Se fueron dando las cosas. Formé un equipo de caballos. Me preparé y en 1994 apareció la oportunidad de torear en un gran escenario. Las cosas se dieron muy bien y a partir de aquí entré al mundo profesional”, refiere el español de 57 años.
También confesó que por muchos años su filosofía de vida iba de la mano con las supersticiones, hasta que un día rompió con esas creencias y se encomendó a sus propios rituales antes de salir al ruedo. “Antes de que abran la puerta, me gusta jalarles las orejas a los caballos. Que sientan que estoy ahí y traigo conmigo una pulsera con una medalla que me regalaron. Esto representa el cariño de la gente y me da energía positiva. Igualmente pienso en mi familia, que es lo más importante para mí, son mi fortaleza”.
Su amor por los caballos
El elemento más importante de su profesión es el caballo. Entre ambos se forma una conexión tan especial que les permite enfrentar al toro y complementar las variadas suertes que caracterizan al también llamado “arte de Marialva”.
“Cuando empecé era muy difícil conseguir caballos, porque mi condición económica no era la más óptima y los caballos con los que toreaba eran los que salían del hipódromo o algunos criollos que vendían por mi casa. Me abrí paso, compré caballos en Portugal, con genética más torera. Hoy en día yo mismo me dedico a criarlos, actividad que alimenta y desborda mi pasión”, explicó.
Desde entonces se ha dedicado a formar su propia cuadrilla que en la actualidad se compone de aproximadamente 300 caballos y prácticamente para torear utiliza el 90 por ciento de ellos.
“Ya me volví un apasionado y coleccionista de caballos, crío en México y en España y nunca sé en realidad cuántos tengo”, dice entre risas.
Uno de sus favoritos y que se convirtió en su fiel compañero, fue “Cagancho”, un mítico corcel que le dio momentos de mucho triunfo y estrellato. De raza lusitana y pelo negro cuatralbo, es decir, con patas blancas, ganó fama fuera y dentro de los ruedos, que le dio tardes de gloria. Sus últimas apariciones fueron en la temporada del 2002 y falleció en 2015.
“Como pasa en el futbol, tratas de formar a tu mejor equipo, pero siempre tienes a tus favoritos. Aquellos que marcan la diferencia, con los que más te identificas, con los que puedes brillar y eres tú mismo. Yo en toda mi trayectoria he tenido cuatro con los que conecto de esa forma, “Cagancho” fue uno de esos cracks, era una super estrella”, dijo emocionado.
La tarde del lunes 5 de febrero, Pablo Hermoso pisará el ruedo con “Berlín”, un caballo cuyo nombre hace referencia a su madre, una yegua alemana, “todos los nombres de mis caballos, hacen referencia a su contexto, por ejemplo, de dónde vienen, si tienen un significado importante en mi vida, o representan algo especial. Son como los nombres de los hijos, se los pones pero si no te convencen o sientes que no les queda, lo cambias, así pasa”.
El entrenamiento de Pablo Hermoso de Mendoza ha cambiado conforme pasa el tiempo, él mismo cuenta que en su juventud, adoptó una preparación física diferente a la que hoy en día practica.
“Mi entrenamiento se divide en dos partes, una que de joven no hacía y era la preparación física. Ahora después de los 40 años, para manterme en forma y cuidar mi condición física. Hago dos horas de yoga por la mañana y a partir de las 10 de la mañana. Empieza el entrenamiento con mis caballos, en México tenemos 30 y entre mi hijo y yo los entramos, 15 caballos cada quien”,explicó.
De acuerdo con el rejoneador, el entrenamiento de los cuadrúpedos, igualmente consiste en distintas fases para perfeccionar la técnica, trabajar en su equilibrio y el lenguaje entre el caballo y el rejoneador y esta preparación va de 40 minutos a una hora.
Defiende a la cultura taurina
Ante la polémica que vive actualmente la tauromaquia, por ser considerada una práctica “inhumana” y por fomentar el maltrato hacia los animales, el rejoneador declaró muy contundente que existen diversos puntos de vista.
“Existen distintos puntos de vista. Como el animalista, que dice que el toro está sufriendo y ese punto lo entiendo pero no lo comparto. Conozco cómo siente el toro, cómo pelea y vive. Con estas personas me sentaría a hablar para ponernos de acuerdo”, dijo.
Expresó que también influye la parte política, que a Pablo Hermoso es la que menos le gusta. “No se mueve por creencias, sino por votos. Muchas veces se paran el cuello diciendo que van a prohibir las corridas para poder ganarse votos de cierto sector de la sociedad. Con esto francamente no comulgo. Es un manejo horrible de pensamiento”.
Por último se encuentra el punto económico. “Hay muchas fuentes de empleo, muchas familias viven del toro. Se les está prohibiendo la libertad de trabajo, de llevar dinero a casa para alimentar a su familia”.
De acuerdo con la estrella del rejoneo, la tauromaquia no radica en enfrentarse al toro con odio o agresividad, sino al contrario.
“Es resaltar su vida, su casta brava, su manera de embestir, es respetarlo, casi casi haciéndole una ofrenda. Es un tema cultural para nosotros, casi litúrgico, que es nuestra vida, una herencia y es una forma de vida y no nos pueden quitar esa manera de sentir, de expresar lo que llevamos dentro”.
En conclusión, Pablo Hermoso defendió a la fiesta brava diciendo, “en la sociedad, a veces lo que vivimos es hipocresía. Porque si aceptamos que maten a los animales en un matadero para comerlos o para mantener un nivel de la fauna para que no se desborde la cantidad de animales en el campo, entonces estamos dispuestos a matarlos o envenenarlos, pero no queremos que un toro se vea matar en público, eso es más que hipocresía”.
Su vida después del retiro
Hermoso de Mendoza, de personalidad amable y cortés, es un hombre al que no le sobra el tiempo, “es una sensación de que la vida se me va y no tengo tiempo”, dice con su acento español con tono de cierta melancolía.
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Entre sus ilusiones mantiene prioridades en su meta de vida. “Soy una persona dedicada a trabajar. Mientras tenga condición física, voy a seguir en la finca, en la crianza y preparación de caballos. Me dedicaré al acompañamiento de la carrera de mi hijo Guillermo y con la ilusión que vivo ahora. Me he abierto a la posibilidad de hacer nuevos proyectos y cosas que no he podido hacer, como una presentación esporádica en algún país que no he podido visitar. Pero también ronda mi mente un proyecto dedicado a hacer algo para abrir nuevos canales para la fiesta de los toros”, dijo.
También dijo que tiene ganas de dedicar tiempo para él, “creo que todo este tiempo, me he ablandado un poco. He dejado de lado mi propia persona y me gustaría atender un poco más esta parte, recuperar el tiempo social, reencontrarme con amigos, disfrutar de reuniones. Creo que eso es lo que me hace falta hacer”, concluye.