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Mira

8, enero 2024 - 19:59

┃ José Ángel Rueda / ENVIADO

Franz Beckenbauer y Pelé fueron grandes amigos. FOTO: CORTESÍA @PELÉ

Aunque Pelé y Franz Beckenbauer estaban destinados a ser enemigos. Las vueltas que da la pelota, como si fuera un mundo, los llevó a coincidir en el Cosmos de Nueva York. Era la segunda mitad de la década de los setentas y nunca antes el nombre de un equipo había representado de forma tan cabal su esencia. El cosmos, donde coinciden las estrellas.

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En aquel equipo no solo estaban Pelé y Beckenbauer, dos jugadores que habían patentado una idea con sus estilos de juego, sino que también brillaban con intensidad figuras como Carlos Alberto, el mítico lateral derecho del Brasil del 70.

El “Kaiser” y el “Rey”, dos apodos que reflejaban a la perfección lo que eran, como dos términos inapelables, solo coincidieron una temporada defendiendo la camiseta verde de la franquicia neoyorquina, pero con eso bastó para que cada uno cumpliera su capricho, mirarse a los ojos sin la necesidad de desafiarse, más bien como cómplices.

El espectáculo que suponía ver a Pelé y a Beckenbauer en el mismo equipo fue valorado por el público estadounidense, que poblaba las gradas del estadio de los Gigantes, en una premonición, para ver a dos de los futbolistas más influyentes en la historia.

GENIALIDAD EN PELÉ Y BECKENBAUER

Aunque de forma distinta, hay quien piensa que el efecto del brasileño y alemán fue parecido, lo que pasa es que los separaban metros y metros de cancha, uno adelante y otro atrás. La genialidad, sin embargo, no entiende de posiciones, el genio es genio donde sea. Mientras Pelé patentó ante el mundo el último toque, Beckenbauer hizo lo propio con el primero.

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A su retiro, los ex futbolistas mantuvieron una buena amistad. Solían encontrarse de vez en cuando, a veces en eventos, muchas más en los equipos ideales que el mundo hace por capricho, para tener certeza de algo. Sus nombres escapaban de cualquier duda, como dos pilares que sostienen el olimpo futbolero.