La llegada de André Jardine a la dirección técnica de América fue inesperada, cuestionada y hasta mal tomada por la mayoría del americanismo, pero en tan sólo seis meses exactos lo cambió todo a su favor. Con la estrella número 14 ya colocada en Coapa, que ha puesto un renovado brillo en las instalaciones después de cinco años de sequía, el deseo ha aumentado de nivel y no existe el conformismo por haber logrado un campeonato.

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Ya con la afición a su favor y completamente aceptado, el brasileño tiene un claro deseo. Con el arbolito de Navidad como fiel testigo de los deseos más esperados y con el dedo pulgar arriba en señal de aprobación, el entrenador tiene la intención de hacer un equipo de época. Después de poner una estrella en tan poco tiempo de gestión, ahora va por mucho más. Así lo dejó claro en la última entrevista que otorgó.

“Yo ya hablé un par de veces con todo el club, con los jugadores, que hay que pensar mucho más grande que en la 14. Ya está, tenemos que ser un equipo de época. Tenemos que pelear por todo lo que jugamos y siempre estar entre los mejores y estar jugando finales. Siempre acostumbrado, con la grandeza, a vivir noches como la que tuvimos el pasado domingo y siempre ir por más”, dijo a TUDN.

LA SALIDA DEL TANO

Después de la renuncia del Tano Ortiz en mayo pasado, en las Águilas esperaban otro tipo de entrenador y de mayor jerarquía para su banquillo. Sin embargo, el brasileño fue el elegido por la directiva americanista por su buen desempeño en el Atlético de San Luis, aunque realmente no fue una de sus opciones principales. Otros nombres de mayor poder fueron puestos sobre la mesa, pero al final, parece, Santiago Baños, González Iñárritu y compañía eligieron al mejor candidato que les dio frutos más rápido de lo que pensaron.

No pasó mucho tiempo y el estratega escribió su nombre en los libros más sagrados del equipo más ganador del futbol mexicano. Del mayor escepticismo pensado pasó a entrar en la historia con la estrella número 14 para la institución azulcrema, pero eso no lo es todo para un hombre que tiene el éxito en sus venas, desde la medalla olímpica con Brasil hasta el campeonato con América. Ahora su deseo máximo es ir por más.

UNA NOCHE MÁGICA

En el borde de su área técnica, André Jardine ya se abrazaba con su auxiliar técnico Paulo Rodríguez al minuto 119 del tiempo extra en un estadio Azteca repleto en la gran final de vuelta ante Tigres, con el conocimiento de que el campeonato era completamente suyo y que nadie se lo podía quitar con la ventaja en el marcador global ante Tigres.

Cuando el atacante Cabecita Rodríguez marcó el tercero y definitivo gol en el último instante que además decretó la goleada sobre el conjunto felino, el sudamericano brincó por los aires y estalló de felicidad. El sueño que tanto esperaba y al que además en sus primeras declaraciones pidió paciencia para concretarlo, se había hecho realidad para el regocijo de todo el americanismo. “Fue un título lindo, pero incomparable con la noche que vivimos hoy, va a ser para siempre y ahora voy a tener muchas ganas de vivir esto nuevamente porque fue muy lindo”, aceptó el entrenador.

LOS LOGROS DE ANDRÉ JARDINE EN LAS ÁGUILAS

André Jardine transformó al equipo americanista en este último semestre y del famoso ‘ya merito’ pasó al éxito rotundo con el título de Liga. Además de la estrella 14, el director técnico concretó otros logros.

Para empezar fue el primer técnico en conquistar el campeonato en su torneo debut al mando del equipo. El brasileño sólo necesitó 23 partidos para coronarse con el conjunto azulcrema desde la primera jornada hasta la gran final, donde logró una racha de 19 partidos sin perder. Precisamente esa racha logró una marca institucional de 40 puntos al término de la fase regular, la cual superó las 38 unidades que habían logrado Mario Carrillo, Santiago Solari y el propio Fernando Ortiz.

No sólo eso. Con Jardine, las Águilas volaron en todos los Clásicos del semestre. América venció 3-2 a Cruz Azul; 4-0 al Rebaño Sagrado y 1-0 a los Pumas de la UNAM, que le dio un sabor especial al campeonato debido a que ningún rival directo en la historia pudo con los americanistas.

Por si fuera poco, en el torneo terminaron con la mejor ofensiva con 37 goles a favor donde Jonathan Rodríguez, Diego Valdés y Julián Quiñones fueron sus mejores anotadores. Mientras que también fueron la mejor defensiva con 14 tantos encajados, donde el portero Ángel Malagón y la zaga mostraron un gran orden con el brasileño. Además fueron el equipo fair play, es decir el menos indisciplinado de todos con 36 amonestaciones y sólo una expulsión, números menores a los restantes equipos.