Escondido entre los jugadores rojiblancos, con gorra puesta para disimular su presencia y por atrás de varios de sus compañeros para no ser reconocido por la multitud. Así vivió Alexis Vega la serenata que la afición le dio a su equipo en su llegada a la CDMX.

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La afición del Rebaño Sagrado esperó más de dos horas para cantarle a su club en apoyo previo al partido contra Pumas. Los futbolistas salieron a agradecer el gesto y entre ellos estuvo el dorsal número ’10’, quien fue convocado por primera vez después de su castigo de hace algunas semanas, debido a que Roberto Alvarado fue cuidado por el tema de amonestaciones. El jugador no quiso tener los reflectores encima, sabe que ya no es el más querido y se le vio por detrás de algunos jugadores, entre bromas con el Pocho Guzmán y otros jóvenes, pero sin acaparar las cámaras.

El futbolista tampoco recibió cánticos en contra, pero tampoco a su favor. Todo fue para el equipo y su presencia en una nueva convocatoria pasó desapercibida para los presentes, aunque antes de eso, desde los ventanales del hotel, el jugador grabó desde arriba todo el apoyo para su equipo. Ese que ahora añora recibir de manera personal.

SIN ALEXIS VEGA LA AFICIÓN SE DEJÓ TODO PARA ALENTAR A CHIVAS

La afición del Rebaño Sagrado que reside en la capital y alrededores tiene una característica principal que siempre sale a la luz cada que Chivas visita la CDMX. No importa si el equipo vive una crisis o si pelea los primeros lugares del torneo como ahora. El apoyo es el mismo y la noche de este viernes quedó demostrado una vez más.

Por los rumbos de San Jerónimo todo se pintó de rojiblanco. Los seguidores mostraron su fidelidad y poco importó la larga espera de más de dos horas. Eso fue lo de menos. La cita en el hotel de concentración fue pactada a las 19:30, pero a esa misma hora llegó Guadalajara directo de la Perla Tapatía. Por esa razón, el festín tardó en dar inicio, pero cada vez llegó más gente hasta alcanzar una gran congregación rojiblanca, aproximadamente 500 aficionados de todos lados en el hotel.

El camión del equipo, directo del aeropuerto capitalino, hizo su aparición por un costado del hotel en punto de las 20:45 horas. Sólo algunos aficionados atentos se dieron cuenta que los colores rojiblancos resplandecieron y hubo algunos gritos. Fue en ese momento cuando comenzaron los cánticos. “Vamos Chivas, hoy te vinimos a ver. Te llevamos en todo el corazón, te queremos ver salir campeón”, entonaron a todo pulmón, entre bombas de hubo, todo amenizado con tambores y trompetas, y con una pasión inquebrantable.

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