Hace muchos años, un personaje del boxeo que entendía como pocos los pros y contras de este negocio, me enseñó que “cada quien habla como le va en la feria”.

La trayectoria de la puertorriqueña Amanda Serrano es deslumbrante, con siete coronas del mundo en su haber y, hoy, la pugilista que más dinero se lleva en sus combates.

Serrano disparó increíblemente sus ingresos desde que se enfrentó a Katie Taylor por la diadema unificada de peso ligero (WBC, WBO, IBF y WBA) que la británica defendía y que debió haberse adjudicado la amazona de Borinquen.

Un fallo dividido privó a Amanda de triunfar en la primera pelea estelar que se da entre mujeres en el Madison Square Garden.

El corazón de guerrera indómita de Amanda y la bravura natural de Katie dieron lugar a una de las más grandes batallas de la historia en el pugilato femenil. Ambas finalizaron visiblemente agotadas. Serrano mostraba intenso sangrado junto a su ojo derecho, con la satisfacción de haber rebasado toda expectativa ante el público.

Fueron 12 intensos episodios de dos minutos cada uno, y todo mundo quedó satisfecho con la demostración ofrecida en el ring del mítico escenario.

Cada una subió con garantía de un millón de la divisa verde, como un caso único por la fama de ambas y el impulso mediático que dio a la función el youtuber Jake Paul, convertido en mánager de Serrano. Sin Jake Paul de por medio, no hubiese estado en juego tanto dinero.

En realidad, Serrano no tendría necesidad de arriesgar su físico ni el de sus oponentes con rounds de tres minutos, como lo hizo el reciente 27 de octubre contra una débil oponente como la brasileña Danila Ramos, con récord de 12-2, 1 KO, para revalidar sus fajas de peso pluma de la WBA, la IBF y la WBO (tres tarjetas de 120-108). Resulta difícil de creer que si ya le pagaron el sueldo arriba mencionado por asaltos de dos minutos, la admirada zurda insista en agregarle 60 segundos a cada round.

El Consejo Mundial de Boxeo fue el único de los cuatro organismos que no avaló los tres minutos para el duelo entre Serrano y Danila Ramos sobre la base de procurar la salud de las mujeres al máximo, ya que no es la misma resistencia la de ellas que la de los hombres.