VIÑA DEL MAR.- Como si fuera una enfermedad crónica, México acusó su falta de gol en las semifinales del futbol de los Juegos Panamericanos de Santiago 2023. El equipo de Ricardo Cadena encerró y dominó a Brasil durante gran parte del partido, sin embargo, un gol tempranero de la verdeamarela fue suficiente para imponerse 1-0 al cuadro tricolor y relegarlo a la lucha por la medalla de bronce.

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Motivado por su historia, esa que dice que a los equipos grandes se les pone en predicamentos, México saltó al campo del Sausalito con personalidad. El impulso, sin embargo, duró poco, y un autogol de Antonio Leone apenas minuto dos del partido complicó el trámite. El cuadro tricolor buscaba tener el dominio del balón cuando un descuido en defensa dejó demasiado solo a Marcus Oliveira. El extremo encaró y logró ingresar al área con pelota dominada. Al momento de meter el disparo, el arquero Fernando Tapia no pudo controlar el rechace. Tras una serie de rebotes desafortunados, Leone mandó el balón al fondo de su propio marco.

Si de por sí el ambiente estaba frío en Viña, el gol cayó como un balde de agua helada para los mexicanos. Muy temprano se vieron con la responsabilidad de remontar. Lejos de venirse abajo, el equipo de Cadena tomó el control del balón y de a poco encerró a los brasileños en su campo.

El cuadro tricolor movió el balón por criterio, de un lado a otro, siempre propenso al chispazo de Jordan Carrillo y su gambeta. México buscó el empate de múltiples formas, a balón parado, con tiro de larga distancia, con centros y con balones filtrados, pero el gol, como ocurrió a lo largo de todo el torneo panamericano, simplemente no llegó.

El equipo mexicano intensificó su asedio en el complemento, en una muestra de pundonor. Una vez más Jordan Carrillo fue la llave para generar peligro. El número 10 de México tuvo varias oportunidades desde la frontal del área, pero no estuvo fino. Tampoco lo estuvo Fidel Ambriz, imperial en el medio campo. Por si fuera poco, el equipo brasileño una vez más contó con una actuación estelar de su arquero Mycael Pontes, figura a lo largo de todo el torneo. Sobre la recta final, el guardameta sacó una mano milagrosa para mandar a tiro de esquina una pelota que amenazaba con colarse en su poste izquierdo tras un gran cabezazo de Rafa Fernández. La atajada salvada dio la impresión de sellar el triunfo, como si ningún balón pudiera entrar en esa puerta.

El asedio tricolor también sacó la parte más canchera de los brasileños, buscando acabarse el tiempo a caídas y tanganas. El árbitro tampoco ayudó. Con jugadas polémicas en las que México reclamó al menos dos penales, uno más claro que el otro. Pero el silbante decidió que no había falta y dejó correr las acciones.

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México quedó eliminado en su afán de buscar la medalla de oro, pero queda la lucha por el bronce, donde enfrentará a Estados Unidos, en una nueva edición del clásico de la CONCACAF, pero en territorio chileno, un duelo con sabor especial en busca de subir al podio.