Lamar Jackson llegó a la cima de la NFL tan rápido, que a la misma velocidad ha venido a menos.
Apenas en la temporada 2019, con únicamente 22 años de edad, se convirtió en el más joven en ser designado como el Jugador Más Valioso (MVP). Cuando todo apuntaba que sería un quarterback de época, las lesiones y malas decisiones lo ponen en el ojo crítico.

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Lamar viene de cometer dos pérdidas de balón el pasado domingo, en el partido correspondiente a la Semana 5 contra los Stelers. Con lo que tiene el nada presumible récord de más pérdidas de balón en toda la liga durante las últimas tres temporadas.

En total suma 11, con lo que dejó atrás el empate que tenía de nueve con Taylor Heinicke (Falcons). Con uno menos, se encuentra Justin Herbert (Chargers) y sus ocho balones perdidos.
Jackson ha completado el 69.6% de sus lanzamientos para un total de 1,030 yardas, cuatro touchdowns y dos intercepciones.

Si bien los Ravens todavía están en disputa por el liderato de la misma división Norte de la Conferencia Americana, esperaban un mejor desempeño de su quarterback. Mismo al que en el pasado verano le otorgaron un contrato multimillonario que supera los 50 millones de dólares por temporada. En el 2019, cuando fue designado como el MVP, Lamar acabó con 3,127 yardas aéreas y 36 touchdowns.

Para las tres campañas siguientes ni siquiera pudo superar la barrera de las 3,000 yardas por pase y su máximo número de TD fue de 26. En los últimos dos años apenas logró disputar 12 compromisos.
Lamar Jackson necesita recuperar su mejor versión antes de que la presión empiece a caer bajo sus hombros.

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El próximo partido de los Baltimore Ravens será el domingo cuando visiten a los Tennessee Titans, en un partido entre dos equipos que vienen de una dolorosa derrota.