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Mira

8, octubre 2023 - 9:31

┃ José Ángel Rueda

Kelvin Kiptum batió el récord en la Maratón. Foto. @ChiMarathon

Son los últimos metros del Maratón de Chicago. Los últimos metros de los 42.195 km y el keniano Kelvin Kiptum aprieta el paso. Cuando finalmente encara la meta, levanta los brazos señalando al público, se da golpes en el pecho, se toma la cabeza, no sabe qué hacer, pero sigue corriendo, hasta que el listón se rompe.

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Una vez que cruza la meta entonces si sus piernas no responden, como si la realidad le cayera de golpe. A sus 23 años ha roto el récord mundial de Maratón, en la ciudad de los vientos. El reloj marca un tiempo histórico de 2:00:35; es decir, nadie nunca antes había corrido la mítica distancia por debajo del 2:01:00.

En la ironía de la vida, había poco viento esta mañana en Chicago, tampoco había el sol que se acostumbra en esos cielos. Las condiciones fueron propicias para que Kiptum atacara con fuerza y revalidara los pronósticos. Era el favorito, pero desde hace tiempo sus registros amenizaban con dinamitarlo todo.

El maratonista keniano llegó a Chicago con una marca personal de 2:01:25, conseguida en abril pasado, en el Maratón de Londres. Por aquel entonces el nombre de Kiptum se puso en el mapa como una de las figuras emergentes capaces de pelear con el gigante Eliud Kipchoge, hasta este domingo poseedor del récord mundial, con un bestial 2:01:09, construido en las calles de Berlín.

Kiptum fue amplio dominador en Chicago e impuso ritmo desde el principio. A su lado, en los primeros kilómetros, sólo sus compatriotas Mateiko y Kirui fueron los únicos capaces de seguirle el paso, pero solo por unos cuantos km. La zancada frenética de a poco dio paso a los rumores de un nuevo récord del mundo, con parciales que proyectaban la hazaña. Kiptum cruzó la frontera del medio maratón con un tiempo de 1:00:48, apenas por encima de lo que haría en una segunda parte sin precedentes.

Corrió con fuerza el keniata, contrario a las leyes del propio cuerpo, donde el cansancio supone bajar el ritmo. Ya en el kilómetro 40, con el final en el horizonte, el cronómetro marcaba un tiempo de 1:54:23, como una ilusión. Luego llegaron esos últimos metros, el récord del mundo y una historia que recién comienza. Ha nacido una nueva figura.

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