De a poco, los ‘Cabezas de Queso’ se han convertido en un equipo de dos caras. La que proyectan en la primera mitad y la que dan en la segunda. Ya sea para bien o para mal, salvo en su primer partido, a Green Bay le ha costado dar partidos completos. Si ante los Falcons se cayeron sobre el final, frentelos Saints y los Lions reaccionaron en la segunda mitad tras dos primeros cuartos de pesadilla. Con Nueva Orleans les alcanzó, pero no con Detroit. Los Lions se llevaron el triunfo 34-20, el cuarto consecutivo ante su rival divisional, los Packers.

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Un auténtico espejismo resultó el arranque en Lambeau Field, con una intercepción en la primera serie de los Lions que les permitió tomar la ventaja con un gol de campo de campo de Carlson.

Los Packers se pusieron al frente y todo parecía una noche tranquila, hasta que les cayó todo el poder de Detroit. Lo que vino después fue una serie de despropósitos por parte de Green Bay y acierto de los Lions, quienes movieron el ovoide con soltura, aferrados a su ataque terrestre liderado por David Montgomery y los chispazos de Goff por aire, con el ala cerrada Sam LaPorta como figura. En un abrir y cerrar de ojos, Detroit tomó el control del partido con touchdowns de Amon-Ra St Brown y dos por tierra por parte de Montgomery. Su pateador Riley Patterson también se apuntó a la cosecha con dos goles de campo.

La feria de puntos del equipo de Campbell se combinó con uno de esos momentos oscuros de los Packers en los que nada sale. Al término del primer cuarto, la estadística colocaba a Green Bay con apenas una yarda, fiel reflejo del dominio de los visitantes. Jordan Love, muy estático en su bolsa, fue capturado en tres ocasiones durante ese lapso y regaló una intercepción dolorosa.

No le quedó de otra a Green Bay más que apelar a la épica. El mariscal de campo comenzó a tomar más riesgos, al igual que Matt LaFleur. En el arranque del tercer cuarto, los Packers se la jugaron en cuarta y la valentía les permitió poner puntos, con touchdown de Watson, su primero de la campaña. Poco después, el propio Love alimentó la esperanza con un acarreo de 9 yardas a la zona prometida.

Una serie fulminante por parte de Detroit, sin embargo, tumbó cualquier intento. Una vez más los Lions corrieron el ovoide y Montgomery liquidó por tercera vez, luego de un error mental por parte de Walker que cometió un foul personal cuando su rival ya había pateado gol de campo. El golpe fue letal y amarró la victoria.

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