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Mira

16, julio 2023 - 21:44

┃ Arturo Méndez

La Rebel llenó una de las cabeceras en el Hidalgo. FOTO: ARTURO MÉNDEZ

Tras los hechos sucedidos en aquel trajico Querétaro-Atlas del 5 de marzo del 2022, las porras visitantes están prohibidas en la Liga MX. Sin embargo, la afición auriazul parece no haber entendido la normativa especificada en el artículo 19 del reglamento de competencia de la Liga MX. Pues este domingo en la cancha del estadio Hidalgo, la cabecera sur se pintó de camisetas Pumas y cánticos que son característicos de la famosa ‘Rebel’, el grupo de animación de los universitarios.

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Todo parecía normal antes del pitazo inicial, pero cuando el balón comenzó a rodar, las cosas cambiaron. “Esta es la Banda del Pebetero”, se escuchó en la zona donde se encontraban al rededor de 200 seguidores auriazules.

Cabe resaltar que dicho cántico es un estandarte dentro de los aficionados de los felinos universitarios. Por tal motivo y sabedores de la prohibición de este hecho, por algunos segundos del partido guardaban silencio para pasar desapercibidos.

LA ZONA DONDE ESTABA LA REBEL EN EL HIDALGO FUE RESGUARDADA

Cuando ESTO intentó entrar a dicha zona para sondear la situación, y al ver la acreditación, el personal de seguridad del estadio comentó que en dichas gradas “sólo podía ingresar afición”.

Es de llamar la atención que a lo largo de los pasillos del estadio, con chamarras fosforescentes, separados aproximadamente cada 10 metros, resguardaban la seguridad del público, pero en la zona señalada había cerca de 23 uniformados de la policía bancaria e industrial. De los cuales no se observó en alguna otra zona del inmueble.

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Y aunque no es un secreto que los llamados “cuatro grandes” tienen afición en todo el país y en cada visita suelen ingresar buena cantidad, la diferencia en el Huracán fue muy notoria.

En el resto del estadio, tanto Pumas como Tuzos se mezclaron en diversas secciones, y detrás del arco que defendió Julio González en la parte complementaria los cánticos y el movimiento que caracteriza a las barras con sus brazos al entonarlos terminó por delatarlos.