Una segunda gloria consecutiva. Nicolás Ibáñez logró convertirse en bicampeón del futbol mexicano. Hace seis meses levantó el trofeo con los Tuzos del Pachuca y después lo hizo con Tigres en el estadio Akron, aunque en el conjunto felino lo vivió de forma distinta, sin mucho brillo y sin ser determinante en la octava estrella para su equipo, a pesar de la gran inversión que se hizo por él en un monto aproximado de 12 millones de dólares.

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El goleador argentino fue echado al olvido y apenas pudo ser titular en dos ocasiones en los 10 partidos que dirigió el director técnico Robert Siboldi, y sólo lo hizo por esa rotación qué hizo el uruguayo por disputar dos torneos al mismo tiempo. Con Chima Ruiz y hasta con Diego Cocca tuvo más minutos de juego en jornadas previas.

Esa experiencia fue nueva para el sudamericano. Aún así no ocultó su felicidad por levantar un nuevo trofeo de Liga MX. “Me siento bendecido, esto es gracias al apoyo que me da mi familia y mis compañeros. La verdad que fue difícil, no había estado acostumbrado a esto, pero entiendo que es parte del proceso, pero estoy muy feliz por esto“, dijo en la Perla Tapatía.

En total, Ibáñez disputó 795 minutos en fase regular, es decir apenas el 50% de minutos totales con un aporte de tres goles ante Pumas, Atlas y Chivas. En la fase final de Liguilla incluso jugó menos tiempo y nunca pudo iniciar un juego. Siboldi se decantó por una ofensiva conformada por André-Pierre Gignac, acompañados por Luis Quiñones, Sebastián Córdova y Diego Lainez.

Nicolás Ibáñez no fue clave para Siboldi en Liguilla

En reclasificación ante Puebla sólo jugó 19 minutos; en cuartos de final no fue utilizado; en la semifinal ante Rayados sólo jugó en la vuelta y lo hizo por un poco más de media hora, mientras que en la final contra el Rebaño Sagrado disputó 70 de los 210 minutos posibles. En ningún partido pudo meter algún gol, pero aun así logró otro título.

“Se está viviendo algo muy lindo, sobre todo por todos los cambios que vivimos en el semestre, se siente mucho mejor ganarlo así. Siboldi nos dijo que teníamos que tener paciencia y afortunadamente nos coronamos”, remató.

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Nicolás Ibáñez se convirtió en uno de esos casos contados del futbol mexicano. Bicampeón con dos equipos distintos, es algo de lo que podrá presumir el goleador argentino a partir de ahora.

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