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17, mayo 2023 - 22:47

┃ Jesse Villalpando

Afición afuera del hotel de concentración del América, los jugadores salieron a un balcón por unos minutos a saludar a la gente. David Tamayo _ El Occidental

Zapopan, Jalisco.- La marea azulcrema se dejó sentir la noche previa al capítulo de ida entre América y Guadalajara. Poco más de 300 aficionados a las Águilas armaron la tradicional serenata en aliento al conjunto comandado por Fernando “El Tano” Ortiz.

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Lo que en un principio era apenas medio centenar de aficionados, acabó siendo una gran convocatoria que incluso obligó a que la circulación por Avenida Las Américas tuviera que pararse por casi un par de horas. Con la bandera, la playera, el bombo o la trompeta, la fiesta resultó total, aunque no acabó de detonar hasta que a escena apareció el elenco de la capital del país.

Plantel del América convivió con su afición a la distancia

Todo el plantel americanista salió a uno de los balcones del hotel de concentración ubicado en Zapopan. Los cánticos no cesaron, desde el tradicional “Vamos América”, hasta el de “Otra copa, queremos otra copa”. Los gritos fueron al unísono, ni siquiera los cláxones de los autos que circulaban en el otro sentido los pudieron silenciar, la mayoría de esos de algunos “Chivahermanos” que pasaban por ahí en ese momento.

La efervescencia por ver a los futbolistas de las Águilas resultó tal, que incluso varios arriesgaron el físico trepando a los árboles para así tener una mejor visión. Por poco más de cinco minutos el “Ame” estuvo desde las alturas y después de eso se vino una larga espera que, al menos, resultó amenizada por los integrantes de las barras locales Tapatío Norte, Cremas Sur y una fracción de La Monumental.

La hinchada presionó, prácticamente lo exigió, el deseo generalizado era que los del “Tano” bajaran. ¡Que los saquen!, ¡Que bajen!, se escuchaba hasta las calles aledañas, sin embargo, la fanaticada no tuvo más de lo que presenció. La ilusión por ver a sus figuras creció en cierto momento cuando al sitio arribaron los elementos de seguridad pública. Sin embargo su tarea no fue resguardar a los jugadores si salían al pórtico. El cometido de los efectivos era mantener el orden y comenzar a replegar a los seguidores.

Los cantos se fueron terminando, la paciencia se agotó y la atención se centró hacia ciertos personajes que fueron agarrados de bajada por los americanistas. Hasta a la prensa le tocó uno que otro recordatorio del 10 de mayo. Pasadas las 10:15 de la noche todo terminó, nadie bajó y la desilusión resultó generalizada, aunque seguramente este jueves renacerá el ¡Vamos, vamos América! ahora en la cancha del Rebaño Sagrado, escenario que en la fase regular vio altos vuelos de la escuadra emplumada.