Omar Bravo además de ser el máximo goleador en la historia de Chivas, fue uno de los delanteros emblemas del futbol mexicano durante las dos primeras décadas de este milenio y a pesar de casi llegar a los 200 goles anotados en Liga MX, muchos criticaban su actitud dentro del terreno de juego, sin embargo el mundialista en Alemania 2006, despejó todas las dudas y aseguró que dentro de la cancha, se transformaba y era muy diferente a como es fuera de ella.

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Omar Bravo y Adolfo Bautista formaron parte del histórico cuadro de Chivas que pudo alzar el título de liga en 2006 bajo el mando de José Manuel de la Torre en un equipo que estaba plagado de jugadores históricos del rebaño como lo son Ramón Morales, Oswaldo Sánchez y Alberto ‘El Venado’ Medina, pero fue precisamente durante dicha época que Omarcito y Bofo más batallaron para entenderse dentro del campo y los resultados fueron inolvidables, tal y como el mismo delantero relata:

“Yo no voy a salir tranquilo si no anoto, por más allá de que hayamos goleado, yo no voy a estar tranquilo porque la exigencia va a estar en ti, te vana exigir los números a ti, en la prensa te van a exigir a ti porque eres el 9″.

“Ahí entra la personalidad y no quiero sonar a la vieja guardia, pero ¿sabes cuántas veces me peleé con Medina, con Ramón Morales?, ¿cuántas veces discutí con el Bofo?, o sea, muchísimas y te estoy hablando sólo de mis compañeros en Chivas, pero hacer una sociedad dentro de la cancha es de lo más difícil también, poder llevarlo a cabo dentro de un club, es ahí donde entran las ‘puteadas’, empiezo con el ‘oye, no recortes tanto cabrón, yo ya piqué a primer poste y tu recortaste wey, ya me fui de largo, Ramón no va a llegar con la cabeza ahí a la altura del penal, pues no, entonces ya empiezas a conocer las características de los jugadores con los que estás jugando para aprovecharlos de la mejor forma”.

Omar Bravo, uno de los últimos ídolos de Chivas

Más allá de los éxitos que Omar Bravo tuvo como jugador de Chivas, en donde pudo ser campeón de liga, copa y supercopa, muchos lo catalogan como el último gran ídolo que el Guadalajara ha tenido en su nutrida historia, pues además de estar en las épocas exitosas, demostró el carácter suficiente para defender los colores del rebaño cuando peor la pasaban y peleaban por el descenso, Bravo fue capitán, líder y goleador de aquel plantel que por 2015, estuvo a pocos puntos de bajas a la segunda categoría del futbol mexicano, pero que gracias a la ardua labor de hombres como el mismísimo Omarcito, lograron rescatar.