El 29 de diciembre del 2013, Michael Schumacher, piloto multicampeón de la Fórmula 1, esquiaba en los Alpes Franceses sin saber que su vida cambiaría para siempre. El alemán tenía apenas semanas de haber puesto fin a su aventura dentro del automovilismo y disfrutaba de una nueva actividad, cuando de pronto, se golpeó la cabeza con una roca. El impacto le generó lesiones cerebrales graves, sin embargo, sobrevivió.

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No fueron momentos sencillos, Schumacher fue traslado al hospital en estado crítico y tras ser atendido, los médicos optaron por inducirlo en coma, condición en la que estuvo varios meses, hasta que despertó, en junio del 2014.

A partir de entonces los detalles sobre su recuperación han sido esporádicos. Se sabe que fue trasladado a una clínica de rehabilitación y que posteriormente continuó con su recuperación en Suiza. En el 2019, su familia compartió un comunicado donde explicaron cuál era la situación del piloto. “Pueden estar seguros de que sigue en las mejores manos y que hacemos todo lo posible para ayudarle. Entiendan, por favor, que sigamos los deseos de Michael y que mantengamos una cuestión tan delicada como su salud, como siempre, en privado”.

EDDIE JORDAN REVELÓ LA PRIVACIDAD SOBRE LA SALUD DE SCHUMACHER

La poca información que ronda alrededor de Schumacher ha llenado el caso de misterio. En días recientes, Eddie Jordan, amigo de la familia y quien en su momento le diera una oportunidad al piloto en la escudería Jordan Grand Prix, reveló algunos detalles sobre la manera en la que Corina, esposa del piloto, ha vivido el accidente.

“Esta situación fue la más horrible para ellos. Ya han pasado casi diez años del accidente y Corinna no ha podido ir ni a una fiesta, o a almorzar, o a hacer esto o aquello. Es como una prisionera”, dijo Jordan, en entrevista para el diario The Sun. “A donde vaya Corinna, todos quieren hablarle de Michael, cuando realmente no necesita que se lo recuerden todos los días y a cada minuto”, agregó.

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Jordan contó que tras el accidente buscó visitar a su amigo, pero la familia ya había establecido un cerco de privacidad. “Hice un esfuerzo para ir a ver a Michael en los primeros días después del accidente y ella se negó, y con razón, porque demasiada gente quería ir a verlo. Jean Todt tuvo el privilegio de ir por lo cercano que estaban en su tiempo juntos en Ferrari, lo cual es completamente comprensible”, relató. “No pude ir a ver a Michael y me dijeron: ‘Te amamos, Eddie, y hemos estado involucrados contigo durante mucho tiempo, pero necesitamos privacidad y protección de Michael’”.

Más allá de la trágica historia de Michael, el apellido de Schumacher sigue escuchándose en los circuitos. Su hijo Mick continuó con el legado, pero no ha sifo fácil.

“También es difícil para Mick. Está tratando de hacer una carrera por sí mismo en el automovilismo. Si no tuviera esta presión de su padre posándose sobre él, probablemente sería un piloto mucho mejor de lo que pensamos”, dijo Jordan.

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