Esta noche México firmó una participación histórica en el Clásico Mundial de Beisbol cuando pudieron venir de atrás para remontar una desventaja de cuatro carreras frente a Puerto Rico y clasificarse por primera vez en su historia a las semifinales del torneo, sin embargo, más allá de las grandes carreras que la novena azteca generó, una jugada de Randy Arozarena en el filo de la octava entrada detuvo el corazón de todo un país, pero terminó por impulsar a que el Tri avanzara a la siguiente ronda.

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Randy Arozarena es sin duda la gran sensación del cuadro mexicano, pues más allá de ser nacionalizado, su gran valía dentro del equipo se ha hecho sentir al ser el referente ofensivo y además, con un gran carisma, el pelotero de los Rays de Tampa Bay ha demostrado por qué siempre quiso jugar con la casaca mexicana.

Corría la octava entrada en su parte alta cuando Emmanuel Rivera de la escuadra boricua conectó lo que parecía, le daría la vuelta al marcador que recien México había puesto 5-4 en su favor. Fue un toletazo con marca de carreras, sin embargo, fue ahí cuando apareció Randy Arozarena, quien de forma milagrosa, atrapó el batazo y todavía se dio tiempo de hacer un lanzamiento brutal con dirección a primera base para detener al corredor puertorriqueño que iba camino a segunda.

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Arozarena fue el MVP del Grupo C en el Clásico Mundial de Beisbol luego de sus nueve carreras impulsadas y más allá del gran carisma que lo ha llevado a hacer click con la gente, el jugador de los Tampa Bay Rays ha demostrado por qué pidió ser naturalizado y por qué siempre quiso representar a México en el máximo torneo a nivel de selecciones.

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