Tres décadas han pasado desde que el Abierto Mexicano de Tenis comenzó su historia. La edición 30 del torneo contaba con tener a Carlos Alcaraz como su estrella principal pero las lesiones no lo permitieron, Norrie, uno de los consentidos, tampoco pudo estar en Acapulco.

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Casper Ruud que pintaba como favorito cayó en la segunda ronda, Matteo Berrettini le siguió. Fritz acabó fundido en las semifinales y Rune que ya se estaba ganando a la afición mexicana tampoco consiguió llegar a la final, es más, hasta la lluvia apareció tras 20 años de ausencia en el torneo mexicano, y aunque todos los factores podrían considerarse fatídicos, todo fue un éxito.

Al menos así lo considera la afición, que tal vez no pudo ver a Carlitos, pero disfrutó una jornada maratónica de semifinales, lo cual, para algunos, es de las mejores que ha disfrutado en su vida.

“Estuvo interesante, ayer nos toco desvelarnos mucho y estamos cansados, pero la verdad es que estuvo todo muy bien”, dijo a ESTO Manuel, quien venía con la ilusión de ver a Alcaraz, pero quedó conforme con las semifinales.

LAS BAJAS VOLVIERON EL ABIERTO MÁS EMOCIONANTE

Algunos otros celebraron todo lo ocurrido, como Arturo, quien dijo que las bajas más allá de todo benefician al torneo porque le ponen una emoción distinta.

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“Ha tenido muchos imprevistos pero siento que esto le agrega la emoción porque así ya no sabemos qué va pasar cada ronda”, dijo.

Con el cierre en Acapulco, Mextenis se prepara la séptima edición del Abierto de los Cabos, el cual se llevará a cabo del 31 de julio al 5 de agosto en el Cabo Sports Complex.

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