El Barcelona libró con éxito la última trampa de la Copa del Rey antes de llegar al ida y vuelta de las semifinales. El equipo azulgrana derrotó 1-0 a la Real Sociedad, un escenario en el que la mínima ventaja mantuvo el resultado siempre a la espera de algo. Ya sea el empate del equipo donostiarra, que cerca estuvo, o de un tanto que liquidara las acciones y evitara un dramatismo innecesario. Ninguno de los dos llegó.

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Entre todas las mejoras que ha tenido el Barcelona de Xavi Hernández, hay una tarea pendiente: la regularidad. El equipo culé puede dar partidazos, pero luego se pierde, le cuesta mantener el ritmo. Tras el partido mediano ante Getafe, el fin de semana, tocaba un partido bueno y el Barça lo dio, al menos por grandes lapsos del partido.

La figura de Dembélé es clave en esas presentaciones, decisivo en cada una de sus intervenciones. El equipo culé generó peligro en los primeros 45 minutos pero fue incapaz de marcar el gol que le diera la ventaja. La Real Sociedad, mientras tanto, esperaba lo suyo, incluso se acercó con un balón al travesaño, y el plan hubiera sido perfecto de no ser por la tarjeta roja que vio Brais Mendez en la recta final del primer tiempo, tras una entrada imprudente sobre Busquets.

Consciente de la ventaja numérica, el Barcelona salió enganchado en el complemento y al 52 encontró su recompensa, tras un gran balón a profundidad por parte de Koundé a Dembélé. El francés entró al área con el balón dominado y fulminó a Remiro con un fogonazo al palo corto.

Solo fue cuando la Real Sociedad sintió que ya no tenía nada que perder que el partido se volvió loco, y el Barça concedió más de la cuenta. El marcador no se empató debido a una falla monumental de Sorloth, quien voló su disparo a un metro del marco apenas seis minutos después del gol de Dembélé.

El tiempo restante fue una eterna promesa al gol. El Barcelona que intentó sin éxito poner el gol que matara del todo al rival, y la Real, que tuvo la suya en los piés de Navarro ya al borde del agregado, pero una mano de Ter Stegen evitó la prórroga. El Barça sufrió en el Camp Nou, pero ya está en semis de la Copa del Rey.

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