Dramática final. Penal regalado. Penal bien otorgado, dos señores goles de Di María y Mbappé siendo lo que nos mandó a tiempo extra y a un largo camino para sacar al campeón en vía de los penales.

QUEDA demostrado que el 2-0 es el marcador más engañoso del futbol. Francia volvió con valentía sobreponiéndose a un penal que no fue. Mbappé maravilloso en cobro de penalti y el golazo de volea, pero siempre como en “Las Mil y una noches”, salió Messi a frotar la lámpara cuando Lloris detuvo todo lo que pudo pero un rechace cae justo a quien no perdona.

Una final de contrastes. Una final que no decepciona con Messi y Mbappé como grandes protagonistas siendo el cierre feliz de fiesta mundialista en un enloquecido estadio de Lusail que incluso sobrepasó cupo con aficionados que invadieron el escenario.
Justicia aparecía para Messi en su brillante carrera. Sin duda alguna. El corazón del futbol quería verle coronarse y la razón decía que Francia tenía con qué ser bicampeón. Y eso le dio la vida a los franceses para el hat trick de Mbappé

Un arbitraje espantoso que es el arroz negro de este juego final. Un juego de contrastes donde Lío y Kylian fueron protagonistas en el día del recambio generacional. Un gol de toques de primera donde sólo Messi tocó dos veces lo concreto Di Maria y una Argentina que siempre fue arriba en el marcador no pudo resolver en más de 120 minutos a los guerreros franceses en un final de alarido donde Dibu hizo respirar y de ahí a los penales. Partido no apto para cardíacos.

Penales con autoridad de Mbappe y Messi. Después la figura de Dibu. Argentina campeón por tercera vez. Lionel se puede ir en paz. Misión cumplida y entregada.