22, octubre 2022 - 6:00
América del Tano tiene muy buen porcentaje de gol. FOTO: Mexsport
Si hay dos equipos que el americanismo recuerda son los de Leo Beenhakker y Mario Carrillo. Más allá del brillo de sus victorias, la armonía que tenían dentro del campo y el poder goleador con el cual solían complicarle la vida a sus rivales quedaron de manifiesto. En la naturaleza del futbol, donde todo, tarde o temprano, se renueva tuvieron que pasar más de 15 años para que las Águilas volvieran a cautivar con su ataque, el equipo de Fernando Ortiz presume incluso mejores números que los antes mencionados, con un promedio goleador de 2.5 goles por partido, por encima del 2.35 de la temporada 1994-95 -del neerlandés- y el 2.34 del Clausura 2005 con el apodado Capello.
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Tras un arranque lento en el que apenas marcó cinco goles en los primeros seis partidos, el América del Tano encontró su mejor versión. En un total de 20 partidos, si se cuentan los 17 del torneo regular y los tres que van de la Liguilla, las Águilas han marcado 50 goles, una cifra que deja ver su poderío. El equipo azulcrema llegó a esos números gracias a actuaciones sumamente sólidas, como el histórico 7-0 ante La Máquina, y el par de palizas que le endosó al Puebla en los cuartos de final, al ganar 1-6 en la ida y 5-1 en la vuelta, además de que en cinco ocasiones logró poner tres goles en el marcador.
El ataque azulcrema funcionó a la perfección, con Henry Martín como el claro referente ofensivo. La Bomba finalmente explotó al anotar 13 de esos 50 goles. Las Águilas deberán apelar a ese poder goleador de 2.5 goles por partido para darle la vuelta a la serie de semifinales ante Toluca. El 2-1 en La Bombonera obliga al América a sacar su arsenal en el partido de vuelta. Nadie duda que los del Tano pueden marcar dos goles, o hasta más, el tema será no recibir.
AMÉRICA Y LOS RECUERDOS DE SUS EQUIPOS ESPECTACULARES
La explosividad a la ofensiva de este América evoca el recuerdo de los grandes equipos, como aquel de la temporada 1994-95, dirigido por el neerlandés Leo Beenhakker. Aún bajo la exigencia de los torneos largos, las Águilas, comandadas por jugadores como Francois Oman-Biyik, Kalusha Bwalya, Luis Roberto Alves Zague, Cuauhtémoc Blanco y Luis García, marcaron 94 goles en 40 partidos, para un promedio de 2.35 goles por encuentro. Ese equipo también registró goleadas como el 7-3 a Morelia, el 8-1 a Correcaminos y el 8-2 sobre Gallos Blancos. La gran deuda de aquel América fue el título, al caer en las semifinales ante el Cruz Azul.
“Sabía que iban a comparar a este América con el de Kalusha y Biyik, aunque a mí me gustaba más donde yo jugaba, porque se veía un equipo más sólido, que en cualquier momento con los africanos podías hacer gol, pero el America hoy por hoy está jugando muy bien. Todos en su época lo han hecho”, dijo el propio Cuauhtémoc.
Una década después, ya en torneos cortos, las Águilas volvieron a tener un equipo de época, con Mario Carrillo como timonel. El equipo, al ritmo de figuras como Claudio Piojo López, Cuauhtémoc Blanco, Kleber Boas y Aarón Padilla, marcó 54 goles en 23 partidos, para un promedio de 2.34 goles por partido. Durante el torneo regular, América goleó 4-1 a Jaguares y 5-2 al Atlas, sin embargo, el resultado más abultado se dio en la final de vuelta, con un contundente 6-3 sobre los Tecos, para coronarse como campeones del Clausura 2005.
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