YAEL RUEDA

Foto: @FCBarcelona_es

Uno de los fichajes más sonados del actual mercado de pases es el que logró cerrar el Barcelona para la siguiente campaña: el delantero Robert Lewandowski. Aunque hoy los culés celebran la contratación de uno de los mejores delanteros del mundo, lo que pocos recuerdan es que el polaco pudo recalar en la ciudad condal desde hace varios años.

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Los protagonistas de hace una década eran los mismos. Joan Laporta vivía apenas su primera etapa como dirigente del Barcelona y ‘Lewy’ ya brillaba en Polonia, por lo que fue recomendado por José Mari Bakero, aunque al final, el Josep Guardiola se decantó por David Villa, quien vivía un gran momento en cuanto a futbol y efectividad.

Justamente el ‘Guaje’ terminó por hacer historia con los Blaugranas, se convirtió en un elemento clave y luego se fue, mientras que Lewandowski terminó por jugar con el Borussia Dortmund, donde destacó hasta firmar con el Bayern Múnich.

El esfuerzo de Laporta por reforzar a un equipo que encontró con crisis económica ha sido mayúsculo, pero parece comenzar a formarle a Xavi Hernández un equipo que vuelva a competir al ciento por ciento con las llegadas de Andreas Christensen y Raphinha, ambos provenientes de la Premier League, además de sumar a Franck Kessie.

Lewandowski y su salida del Bayern, la novela del verano

Todavía ni comenzaba el mercado de fichajes cuando se sabía que Robert Lewandowski no quería volver al Bayern Múnich, pues consideraba que su ciclo ahí ya había terminado, por lo que de inmediato comenzaron asonar los rumores que lo colocaban en los equipos importantes de Europa, entre ellos el Real Madrid, Barcelona y Chelsea.

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Aunque los bávaros no querían soltar al histórico delantero, pero finalmente aceptaron que si él ya no quería formar parte del exitoso club alemán, lo más sensato sería dejarlo partir, por lo que comenzaron a escuchar las ofertas necesarias para darle gusto a un ariete que siempre dio lo mejor de sí para el Bayern.

Al final, la novela del verano tuvo éxito para Lewandowski y el elemento polaco recaló en el Barcelona, justo donde él quería jugar.

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