CRISTÓBAL MORALES

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La primera final entre Pumas y América se dio en 1985, meses antes del trágico terremoto que cambió la historia de nuestro país, sin embargo en el mes de mayo, más precisamente el día 26, se vivió una de las historias más tristes que se han vivido en nuestro balompié cuando 8 personas perdieron la vida en el tunel 29 del Estadio Olímpio Universitario gracias al sobrecupo ocasionado por la venta de boletos falsos y un portazo organizado por los mismo aficionados.

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Para aquella definición del campeonato, Pumas llegaba como el líder del torneo y América como el club dominante en la década, por lo que el duelo sacaría chispas además, por la naciente rivalidad que tanto equipos como aficiones tenían.

En el duelo de ida en el Estadio Azteca, el resultado fue un empate, lo que abría las posibilidades de un duelo de proporciones épicas para la vuelta en CU. Ya en el segundo encuentro, la pasión sobrepasó cualquier tinte deportivo y en un multitudinario intento por ver el partido, la gente quiso ingresar sin boletos al estadio, la seguridad al percatarse de ello, cerró por completo la entrada y la salida del túnel, generando un tapón en que el más 70 personas resultaron heridas y desafortunadamente 8 personas fallecieron.

La final se llevó a cabo y el partido también resultó con un empate, días más tarde se disputaría un extraño duelo de desempate en el que las Águilas se coronaron por segundo año consecutivo, sin embargo aquel título se vio opacado por la tragedia y el lamentable actuar de los encargados de seguridad, tanto la UNAM como la Secretaría de Seguridad Pública jamás dieron a conocer a los culpables de aquel incidente y todo pasó a la historia como uno de los capítulos más oscuros en la historia del futbol mexicano.

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