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24, marzo 2022 - 21:07

┃ Javier Juárez

selecion mexicana

JAVIER JUÁREZ

FOTOS: RAMÓN ROMERO Y MEXSPORT

No es el monstruo verde de antes, el estadio Azteca no sofoca como antes, pero tener gente de regreso es un avance. México tuvo que jugar a solas contra Costa Rica y Panamá, bueno, no a solas, pero dos mil personas en un recinto que le caben 85 mil espectadores, es poco.

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La Federación Mexicana de Futbol decidió abrir el lugar para 50 mil aficionados, la intención de los directivos mexicanos es tener un control de toda la gente que ingrese al coloso de Santa Úrsula.

Los seguidores respondieron. Los boletos se agotaron a pesar de los altos costos y las personas acudieron a la casa del Tricolor. Los negocios ambulantes también se beneficiaron. La venta de playeras y comida se disparó como hace mucho no pasaba, hasta los estadounidenses se echaron sus tacos de pastor y bistec antes de entrar al estadio: “Los mejores tacos son los mexicanos, la salsa está brava, pero no tanto”, exclamó un visitante norteamericano.

Los vendedores de tacos de canasta, pizzas, papas fritas, todos pudieron vender sus productos: “Es bueno que la selección juegue en México, la gente viene y podemos trabajar”, comentó un comerciante en su bicicleta. El mariachi, los luchadores, el que se viste del Chapulín Colorado, todos acudieron al recinto.

El grupo de animación Corazón Azteca organizó una caravana para recibir el autobús del Tricolor. Los seguidores se unieron a otros aficionados y juntos formaron unas vallas en el estacionamiento principal del coloso de Santa Úrsula. Las banderas, trompetas y bombas de humo aparecieron, lamentablemente al camión del Tricolor ingresó por otra puerta. La fiesta mexicana le tocó al autobús de Estados Unidos.

La gente entró al estadio, se colocó en sus lugares y recibió con aplausos a los jugadores, el único que recibió abucheos fue Gerardo Martino. El Tata no es del agrado de la gente y se lo manifestaron.

Los Himnos Nacionales se entonaron con respeto, el mexicano lo entonó Manuel Mijares. La gente le pidió cantar Soldado del Amor, pero eso no sucedió.

Enseguida Memo Ochoa tomó la palabra y le pidió comportarse a la gente: “Agradecemos que estén con nosotros, nos gusta verlos, les pedimos comportamiento, griten México. ¡Vamos México!”.

Tuvieron que pasar más de cinco meses para que el Estadio Azteca cobrara vida. Todos lo necesitaban.

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