MIGUEL ÁNGEL MÚJICA

FOTO: MEXSPORT

El milagro azulcrema no llegó. Ya sin Santiago Solari, América volvió a perder, ahora ante el equipo que más cercano tenía en la tabla general, el Monterrey. Las Águilas comenzaron bien, incluso se fueron al frente, pero sin futbol, la remontada en el BBVA se concretó, 2-1 final.

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Una semana más pasará y las Águilas continuarán en el fondo de la tabla general. La pesadilla, incluso ya con nuevo entrenador, continúa.

El juego comenzó movido, parecido a lo que se esperaba, a dos de las mejores plantillas del futbol mexicano y no a los coleros del campeonato. Fernando Ortiz modificó por completo lo que el Indiecito planteaba. Un 4-4-2 se mostró en el terreno de juego con las apariciones de Viñas y Martín en la delantera. Vucetich también mostró su estilo. Pizarro fue la mayor sorpresa en medio campo.

Las Águilas se mostraron más confiadas. Fildago y Valdés comenzaron a tocar el balón para aclarar el ataque amarillo. La conexión tenía que conjugarse para comenzar el vuelo. Tras una falta, Valdés la puso en el área, Fidalgo, quien parecía en fuera de lugar, apareció en el segundo palo, con la testa, abrir el marcador. ¡Gol del América!

La unión de grupo se mostró en el festejo. Todos corrieron a abrazarse con euforia luego de los malos resultados. Monterrey no se desconcentró ante la imagen azulcrema. Rayados respondió de inmediato. Funes Mori remató. Ochoa la tapó, pero el rebote le quedó a Campbell. El tico supo que hacer, un zapatazo salió de su pierna izquierda, Silva, en búsqueda de tapar, terminó por empujar la pelota a su red.

El agobio se mantuvo por unos momentos. Monterrey quiso con Funes Mori. El Mellizo probó a un Ochoa que tuvo una tarde-noche complicada. La batalla se detuvo por unos segundos. La vuelta del vestidor mostró un chispazo amarillo. Henry la tuvo y la voló.

Después de eso, el juego fue un monólogo regiomontano. Pizarro mostró minutos de calidad. Toques y fantasías acompañaron al mexicano. Un centro de Meza fue desviado por Rodolfo con toda intención. La pelota techó a Silva, Funes Mori la midió a la perfección y de botepronto la prendió entre las piernas de Valdez para la voltereta.

Ortiz comenzó con los cambios. Roger, Richard, Otero y Lainez, todos fueron al terreno de juego para buscar la reacción americanista. Fueron los centros a pelota parada los que más peligro trajeron. Silva se quedó cerca en uno, igual Martínez y Bruno, la pelota nunca entró. No hubo más en el BBVA, el milagro amarillo no llegó, con o sin Santiago Solari, América es el peor equipo del torneo.

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