PACO G. VILCHIS

FOTO: EFE

Primero fue por la pandemia y ahora por el conflicto bélico que está viviendo Rusia y Ucrania, que la Final de la Champions League corra el riesgo de no jugarse en territorio ruso. Por tal motivo, el primer ministro británico, Boris Johnson descartó San Petersburgo, Rusia, sede de la próxima final de la Liga el 28 de mayo, pueda realizar eventos deportivos de esa índole, y más después de que Moscú reconoció las regiones separatistas prorrusas en el este ucraniano.

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“Es absolutamente vital en este crítico momento que el presidente Putin entienda que lo que hace será un desastre para Rusia. Está claro que, en vista de la respuesta del mundo a lo que ya ha hecho en Donbás (Ucrania), que se va a encontrar con una Rusia más pobre como consecuencia de las sanciones que le va a imponer el mundo”, aseguró Johnson.

El británico usó la lógica y al tocar el tema de la Final de la presente Liga de Campeones en suelo ruso, fue contundente al decir que “(No hay) Ninguna posibilidad de celebrar torneos de futbol en una Rusia que invade países soberanos”.

El país presidido por Putin fue el organizador de la Copa del Mundo de 2018 y estaba muy ilusionada con la Final de la Champions; sin embargo, tanto la UEFA como el gobierno ruso, deben estudiar a fondo el caso, pues realizar el evento en este momento, implica un alto riesgo en todos los aspectos.

“No permitiremos que el presidente Putin pueda explotar estos eventos de la escena internacional para legitimar su invasión ilegal de Ucrania”, escribió en un tuit la ministra británica de Deportes y Cultura Nadine Dorries.

Recordar que por la pandemia de covid las últimas dos finales de la Champions tuvo que mudar las ediciones de la final de 2020 a Lisboa y la de 2021 a Oporto, ya que dicho encuentro no se pudo realizar en Estambul. Con mayor motivo, la UEFA debe ya tener un plan B para la reubicación del actual duelo por la Orejona.

LA OPCIÓN DE SEDE

Algunos medios deportivos sensacionalista del Reino Unido, han sacado a la luz que la posible sede de la Final de la Champions en caso de que no se efectué en Rusia, sería en Londres, ni más ni menos que en el nuevo Estadio de Wembley.

La versión toma un poco de fuerza si se considera que fue justo el primer ministro británico el que pidió a los rusos no realizar el evento, que podría prestarse más para fines políticos que para los deportivos.

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