Javier Juárez

Foto: Luis Garduño

La prueba piloto resultó un éxito. FIFA le quitó el veto al Tricolor tras la intervención del TAS, sin embargo, no se permitió la venta de boletos al público en general. México probó una nueva manera de entrar al estadio, pero solo con 2 mil asistentes.

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Familiares, amigos, directivos y patrocinadores tuvieron la fortuna de entrar al estadio Azteca. El proceso fue un poco tedioso, según la experiencia de los presentes: “Tenemos el boleto físico, nos lo dieron, es un boleto tipo cortesía, nosotros nos registramos en la página que nos mandaron, registramos nuestra identificación y una selfie, es imposible que alguien te robe tu boleto o tu identidad, ellos van a saber dónde estás sentado y quién eres, sí es una cuestión de seguridad muy importante”, comentó Aarón Vieyra.

Aarón es integrante de Furia Azteca, un grupo de aficionados que siguen al Tricolor en todas partes: “Creo que sí tenemos que erradicar el grito, yo particularmente creo que el grito no es homofóbico, no tiene esa raíz, pero tenemos que aprender a seguir las reglas, en Brasil no nos decían nada, en Rusia empezaron a decir que no lo hiciéramos y para Qatar ya es una regla, sé que es nuestra cultura, nuestra identidad, pero son las reglas de la FIFA, dijo.
La explanada del coloso de Santa Úrsula lució semivacías. Los puestos de playeras y de comida fueron los afectados.

Alrededor de 20 seguidores de Costa Rica llegaron al lugar a pesar de que el partido era a puerta cerrada. Nadie pudo ingresar.

Yon de Luisa ingresó por la puerta principal del estadio. El presidente de la Federación Mexicana de Futbol también escaneó su código QR y enseñó su boleto para poder entrar. Yon comentó que “los jugadores son los menos culpables de esto, la idea de este protocolo es que los que entren tengan un registro, en caso de que se dé reventa no podemos castigar eso, pero todos tienen que poner su QR, para poder entrar todos lo tienen que mostrar, yo también”, expresó.

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Los aficionados se colocaron en la parte baja de las tribunas norte y sur. Fueron pocos seguidores, pero ruidosos. El infaltable Caramelo intentó guiar las porras y todos lo siguieron.

La prueba piloto salió bien, se espera que para el juego contra Estados Unidos de marzo el aforo “sea entre y 40 mil aficionados”, dijo Yon de Luisa.

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