JOSÉ ÁNGEL RUEDA 

FOTO: CORTESÍA AREMI FUENTES 

Aremi Fuentes mira el árbol de navidad, tiene los regalos en la mano; lo sabe bien, es tiempo de celebrar. La halterista mexicana disfruta de las fiestas con la sensación del deber cumplido. El 2021 se convirtió en el año de la consolidación para una carrera que desde el principio ya presagiaba éxitos. La medalla de bronce conseguida en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 no hizo más que revalidar esa condición. 

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A sus 28 años, la atleta nacida en Tonalá, Chiapas, está en plena madurez. Este año será recordado como el año en el que demostró que no hay imposibles. 

La historia de la medalla que se colgó después de levantar 245 kilogramos en el Foro Internacional de Tokio proviene de la fuerza de su cuerpo, pero también del espíritu. Un año antes, mientras entrenaba, Aremi se desgarró las dos piernas, a consecuencia del esfuerzo tan demandante que supone una disciplina como la halterofilia, y el hecho de llevar el cuerpo al límite para cargar hasta tres veces su propio peso. 

El aplazamiento de los juegos le dio a Aremi algo de esperanza, lo que necesitaba era tiempo, y el destino se lo dio. “Cuando me enteré del aplazamiento de los Juegos fue un alivio para mí. Después de eso estuve meses en rehabilitación, pero la lesión que tuve desencadenó otros problemas. Así me la pasé a principios de 2021, con mucha presión, psicológicamente muy mal”, confesó a ESTO. 

Pero Aremi superó la lesión y llegó a Tokio con la intención de hacer historia. El 1 de agosto del 2021 la halterista le dio a México su tercera medalla de bronce de la justa. 

El trabajo de Fuentes y de su entrenador, el cubano Manuel Zayas se vio recompensado después de unos momentos frenéticos donde no sabía si el peso obtenido sería suficiente, pero fue suficiente, y el sueño de su vida se había cumplido. 

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“Cuando empecé a practicar deporte yo quería estar en el podio, me gustaba la sensación de escuchar mi nombre, en ese entonces representaba al estado y que digan tu nombre y el de tu estado me hacía querer más y más”, dijo la halterista, quien en el 2010 ganó el bronce en los Juegos Olímpicos de la Juventud de Singapur.

Una vez con la medalla, Aremi Fuentes conoció de cerca el Olimpo, al ser reconocida con el Premio Estatal del Deporte de Baja California y el Premio Nacional de Deportes 2021, máxima distinción que puede recibir un atleta en México.

La atleta cierra el año con la certeza de que el trabajo rinde frutos. Aquella niña que soñaba con triunfar en el atletismo y después en el levantamiento de pesas, cuando por obra del destino un entrenador le vio facultades, ha cumplido su sueño. El 2022 viene fuerte también, con el arranque del ciclo para París 2024, un objetivo que Aremi se ha planteado y que seguramente cumplirá. Los propósitos están bien definidos.

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