Marco Montoya

FOTO: Luis Garduño | ESTO

Sergio Pérez se apoderó de la Ciudad de México por una mañana. Su espectáculo en el ShowRun de Red Bull capturó a más de cien mil aficionados que disfrutaron de la exhibición.

Checo dio el banderazo de salida rumbo al Gran Premio de México, por si le faltara motivación, pilotear ante sus compatriotas sobre un Paseo de la Reforma que vivió un ambiente similar al que se tendrá en el Autódromo Hermanos Rodríguez dejó claro que detrás de él todo el país lo respalda. El camino hacia la victoria o el podio comenzó en una de las arterias viales más importantes de la CDMX.

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El público esperó desde la madrugada para ver al tapatío en acción durante tres cuartos de hora. En bloques de 15 minutos, el piloto de la escudería austríaca puso el show.

De pie, con niños en hombros, sobre bancos, arriba de las banquetas, de árboles, los asistentes se las ingeniaron para observar aunque sea un poco del vehículo. Para quienes no alcanzaron un lugar aceptable, sólo quedó ver la acción en las pantallas y escuchar el rugido del motor a la distancia.

Pérez se tomó el tiempo a su llegada de saludar a los asistentes, recorrió la pista en un vehículo. Su improvisado garaje en el área de la Diana Cazadora, desde allí dio vueltas a máxima velocidad hasta el Ángel de la Independencia.

La primera tanda fue sólo un calentamiento, dio cuatro vueltas en las que puso a tono las ruedas para lo que estaba por venir. El coreo ‘Checo, Checo’ se escuchó tan fuerte como el motor de su monoplaza.

Para la segunda ronda, la intensidad aumentó, el motor del RB7 se puso a trabajar y el grito pasó a ‘donas, donas’, Checo escuchó las peticiones, las esperadas donas llegaron.

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Al público en el Ángel le tocaron los primeros giros en círculo. Como nunca, el olor a llanta quemada se disfrutó. Después de cinco vueltas, tomó un descanso, el gran final estaba por llegar.

Checo regaló una serie más de vueltas a su público. Se despidió caminando, con una bandera de México en la espalda, fue su último evento antes del Gran Premio. Todo concluyó con el Cielito Lindo.

“Nos vemos el domingo para celebrar”:Checo

Sergio Pérez se dejó querer por más de 100 mil aficionados en el que fue su último evento antes de que inicien las actividades para el Gran Premio de México, y mandó un mensaje de cara al fin de semana, espera que las celebraciones continúen.

Después de haber rodado por Paseo de la Reforma sin costo alguno para deleite de sus connacionales, el tapatío se quedó impresionado por el apoyo que recibió: “Es increíble, no tengo palabras para agradecerles tanto cariño y apoyo. Nos vemos el domingo para celebrar y que siga la fiesta, a disfrutarla mucho y ¡Qué viva México!”.

Enfundado en un traje especial de mariachi, Checo reiteró su agradecimiento con el público y aseguró que, después de que la Fórmula Uno se ausentara del país en 2020 debido a la pandemia, el momento de festejar ha llegado.

“Muchísimas gracias a todos los que vinieron, nos lo merecíamos, después de lo que hemos pasado, hoy (ayer) es un día para celebrar y sentirnos muy orgullosos de nuestro país, para poner muy en alto el nombre de nuestro país”.
Pérez sabe las expectativas que se esperan de él en el GP de México y ha dejado claro que en su mente sólo pasa llegar, por lo menos, al podio el próximo domingo.

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