8, octubre 2021 - 18:00
San Marino
Rubén Beristáin
FOTO: Radek Pietruszka | EFE
San Marino tiene una resiliencia real ante el fracaso. Han pasado más de 17 años y un total de 6 mil 373 días hasta hoy desde la última vez que celebró una victoria, la única de su historia desde que se afilió a la FIFA y a la UEFA en 1988, y desde entonces, no se ha rendido en ese objetivo de volver a probar las mieles del triunfo, a pesar de que su historial no le beneficia en absolutamente nada.
Esta selección representa a uno de los rincones más desconocidos de Europa, de hecho, es considerada la república más antigua del mundo, con apenas 33 mil habitantes y poco más de 60 km cuadrados, rodeado en su totalidad por Italia. De dicha población, aproximadamente sólo 6% practica futbol de manera formal y pocos lo hacen profesionalmente. Sólo ocho integrantes del seleccionado nacional dirigido por Franco Varrella y que participan en las eliminatorias rumbo a la Copa del Mundo Qatar 2022, juegan en algún equipo afiliado profesional. El portero Elia Benedettini juega en el Cesena; el defensa Dante Rossi y el lateral Mirko Palazzi en Cattolica Calcio; David Tomassini, Marcelo Mularoni y Matteo Vitaloi lo hacen en el Tropical Coriano; Fábio Tomassini en el Carli Pietracuta; mientras que Nicola Nanni juega en el Luchecce 1905, equipos pertenecientes a la Serie C y D (Tercera y Cuarta categoría de Italia). El resto juega en la Primera División de su país, o solamente entrena algunas veces y tienen otras ocupaciones en su vida diaria.
Esto ha repercutido directamente en los resultados del equipo sanmarinense. Hasta octubre de 2021 suman 175 encuentros con un saldo bastante negativo de 168 derrotas y 748 goles en contra. El marcador adverso más llamativo fue en 2006, cuando Alemania les ganó por un estrepitoso 14-0.
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Dentro de todo no se pueden perder dos nombres. Massimo Boninni es considerado el mejor jugador de su historia, elemento que brilló en la Juventus de 1981 a 1989, junto a Michael Platini. El otro es Andy Selva, máximo anotador con ocho goles en su cuenta.
El gobierno incluso se ha preguntado si vale la pena tener un representativo, incluso han pensado en desaparecerlo, pero hasta ahora continúa. Los de San Marino luchan por el sueño de la victoria. Aunque parezca lejano, poco les ha importado y buscan que su país crezca y se desarrolle, a pesar de las adversidades. Mientras el balón ruede, todo puede pasar, aunque para ellos, la realidad siempre es triste.
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