YAEL RUEDA

Pocos pueden presumir de la amistad de los grandes nombres que el ESTO tuvo en su época dorada; uno de ellos es Francisco Javier González, quien hizo buena relación con hombres de la jerarquía de don Ignacio Matus o Jorge Carricart; incluso sufrió una novatada que lo hizo aprender lo que se debe hacer en el oficio antes de dar una nota.

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“Con el ESTO todos hemos tenido que ver, como lectores, seguidores. En mi caso, con la fortuna de conocer a gente legendaria como Nacho Matus, que era un tipo ejemplar, muy arisco; me acuerdo que en los partidos del estadio Azteca nunca se iba al palco de prensa. Un día cuando hice amistad con él, me dijo que se cambiaba de palco porque nos la pasábamos platicando; era un tipo sumamente profesional”, recuerda en charla con el Diario de los Deportistas.

“Me acuerdo de Ángel Rueda, de Gustavo Ramos Galán, Enrique Porta, Jorge Carricart; ahí ya éramos compañeros de batalla. Alguna vez Enrique Porta me hizo una novatada. Recuerdo que una vez me dijeron que la Tota Carbajal iba a dirigir al Atlas; yo estaba empezando, y mandé la nota… Le dije a Enrique Porta ‘¿Por qué me mentiste?’. Me dijo que así iba a aprender, que  debía confirmar las notas. Así fueron las enseñanzas”.

El entrañable sepia siempre ha sido líder en el mundo del periodismo deportivo, he ahí la dificultad para trabar una amistad con los encargados de llevar las noticias a los lectores; sin embargo, una vez que Francisco Javier González se ganó su respeto, pudo aprender de ellos más de cerca.

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“Los reporteros del ESTO, cuando íbamos a los campos de entrenamiento, comían aparte; además el ESTO solía tener plumas experimentadas en las fuentes, como es común: Selección Mexicana, Club América; eran las plumas del ESTO las que cubrían, y era difícil entablar relación porque ellos sabían que comían aparte”.

Una de las curiosidades que Francisco Javier González rememora es que sus líneas estuvieron cerca de ser publicadas con la tinta sepia, sin embargo sus proyectos lo llevaron por un camino diferente. Todavía tiene la duda de qué hubiera pasado de haber escrito en el ESTO.

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“Algún día me llamó Carlos Trápaga, yo estaba en Novedades; me invitó a trabajar al ESTO. Lástima que no pude, me hubiera encantado probar la responsabilidad, porque en serio era una gran responsabilidad, eran épocas en las que se especulaba mucho y el ESTO tenía por norma no especular, no sé qué hubiera sido de mi carrera si hubiera podido tomar la invitación del ESTO, pero algún día fui considerado y no pude tomar la oportunidad”, sentencia.

El periodista también confiesa que el ESTO siempre fue un periódico que estuvo cerca de su vida, especialmente durante la etapa de la secundaria, y también ahora como uno de los referentes en TUDN.

“El ESTO fue de los periódicos con los que yo prácticamente aprendí a leer. No lo comprábamos, no había dinero en casa para periódicos, pero los días especiales sí me compraban el ESTO. También cuando comienzo a ir a la secundaria en transporte público. Yo era medio inquieto y la forma de tranquilizarme era que me dieran el ESTO; yo lo leía todo el camino. Es  una de las cosas con las que uno tiene referencia durante toda la vida. El ESTO es un artículo de primera necesidad en mi casa y en el trabajo”, sentencia.

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