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21, octubre 2020 - 8:00

┃ Brian Sales

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La historia de José Antonio García es una de las más trágicas del balompié nacional. No hay víctimas mortales que lamentar, pero sí un sueño que quedó truncado por culpa de unos cuantos. Las negligencias de dos administraciones pasadas de Pumas terminaron con su carrera como futbolista profesional. Hoy, mientras lucha por poder volver a caminar y recuperar su calidad de vida, entabla una demanda ante la institución. Los personajes de aquél entonces actuaron con mala fe, con impunidad y sin tomar en cuenta las leyes del trabajo. Para el ‘Quesos’, como lo conocía el grupo de canteranos con los que convivió durante toda su adolescencia, aún es duro recordarlo, aunque ya no se quiebra en llanto.

Todo comenzó tras dos operaciones del labrum de la cadera. Hubo negligencia médica por parte de Pumas, lo que aceleró su proceso de recuperación cuando aún no podía tener actividad física. El dolor nunca se fue y tuvo que someterse a una tercera cirugía, esta vez del psoas. Cuando volvió al equipo, habló con Antonio Sancho, quien fungía como director deportivo y que lo hizo rehabilitarse con pasantes de medicina en el club.

“Tuvimos muchas discusiones, me pidió que confiara en el servicio médico, pero no quise, porque ya me habían generado un daño. Me estaba jugando la carrera, pero tenía el contrato y no me pude ir. Por ser un jugador rebelde ante sus ojos, me dejaron en la Cantera para rehabilitarme y no para el estadio. Me traté con pasantes”, recuerda.

Ante el trago amargo, hubo una segunda reunión entre Sancho y García, donde externó su molestia por tratar algo tan delicado con pasantes, pero tampoco hubo una respuesta positiva por parte del ex directivo felino.

“Así como tú tuviste la oportunidad de debutar algún día, ellos merecen su oportunidad’, me dijo. Me aventé cuatro meses en el tratamiento, hasta que me cedió a otro equipo. Había ofertas de Primera División, pero me bloqueó en el Draft y me mandó al Ascenso, con Zacatepec”, confiesa.

NO GUARDA RENCOR AL CLUB

Pese a lo que sufrió por culpa de los directivos de Pumas, Antonio García guarda un profundo respeto y amor por la institución y todo lo que representa. Acepta que no por unos cuantos que sacan provecho de su posición, se debe manchar el nombre del club.

“Me da tristeza porque soy gente de casa, fui a la Prepa 5 y sé lo que es la UNAM y sus valores. No por dos o tres personas que se desubican porque pierden el piso de donde están parados, además de que sacan beneficio propio de su puesto, eso no es el club”, comenta.

Ya con la demanda interpuesta en los juzgados de la FIFA, José García se animó a hacer de conocimiento público su caso, no por manchar a la institución, sino para dejar un precedente y que el gremio se una, además de señalar a los responsables.

“Si no hablé en ese tiempo, fue porque la demanda estaba en proceso. No quería salir a la luz pública hasta que no la aceptaran. El club  ya recibió el llamado y ya dio alguna respuesta, pero nunca han tenido la intención de platicar. Llegué a esta instancia porque tuve que agotar todo ante su abandono”, dice. 

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