FOTOS:  RAMÓN ROMERO

Libertad, terapia y hasta periodos de duelo son los argumentos para dar los primeros pasos e involucrarse de lleno al mundo de las carreras y a partir de ahí aguantar, acelerar y nivelar la fuerza mental con la física en busca de hacerlas un hábito, una forma de vida.

Cierto que los médicos recomiendan caminar y correr para tener una buena salud, pero la mayoría de los atletas que se dedican a ello es porque desean dejar atrás conflictos personales, separaciones, perdidas, fracasos y una larga lista de líos que solamente con la libertad que estimula el correr les regala lo que para ellos es su mejor terapia psicológica.

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El cambiar sus vidas y entornos va de la mano con este nuevo hábito, que, dicho de paso, les ayuda en el aspecto físico y de salud, pero que principalmente lo usan como terapia y fortaleza mental.

Así comienza una persona a correr, a involucrarse a la libertad, a la velocidad, a las marcas cronometradas, a las tan famosas distancias de 5, 10 y hasta 40 kilómetros, a los grandes maratones nacionales e internacionales y hoy en día, debido a la pandemia, hasta a las carreras virtuales. Lo único necesario para aventurarse al mundo de la velocidad-libertad es contar con un par de tenis y ropa deportiva, no es fundamental aquellos que recién salieron a la venta al mercado, pero sí útiles para ser el principal pilar de una persona que a través del deporte quiere vibrar de energía y cambiar su vida.

Con el “¡En sus marcas, listos, fuera…!” comienzan las terapias, el cambio de vida, un nuevo hábito y una flamante libertad. “Hace años perdí a familiares, vas con tanatólogos y te ayudan, pero siempre necesitan más, una ayuda extra para salir adelante y superar las cuestiones mentales, ya que además de platicar, necesitas un poder físico, una distracción mecánica, otra forma”, por lo que correr es el mejor escaparate, “primero porque no inviertes dinero, todos pueden tener tenis y un short” y después “puedes correr por todas partes, no necesitas membresía”, comienza la charla con Suzann Romo, una de tantas corredoras de la CDMX que lleva quince años de andadas y que comenzó con pequeñas carreras de 3 kilómetros para hoy en día contabilizar varias ediciones de carreras importantes y maratones de la Ciudad de México.

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Desde 2005, el correr es su mejor escaparate, pues si bien se dedicaba a la actividad física en gimnasios, las carreras terminaron por cautivarla. “El correr es sinónimo de libertad, es una gran terapia para solucionar divorcios, duelos, la mayoría de las personas que inician a correr es por estas razones, viví situaciones complicadas y necesitaba superar las pérdidas de mi padre e hijo”, por lo que las primeras experiencias “te dan esa gran armonía contigo mismo, de reconciliación con tu persona.

“Te enganchas, te gusta la sensación, se mueven cosas hormonales, reproduces más endorfinas y te hace ser feliz pese a lo que traes en la cabeza; te despiertas con energía, pese al estrés laboral; la depresión, la inestabilidad económica, por eso, ese ratito de correr te vuelve humano, te hace feliz”.

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Con los primeros trotes y el correr, el atleta da un parteaguas a su vida, da un cambio “para ya no sentir dolor, dejar atrás cosas tristes, superar el duelo”.  Es difícil encontrar en la sociedad alguien que corra por hobby, por lo que “debe haber algo más y te vuelves alguien que nunca fuiste: te encuentras con alguien que sí te gusta ser, un reencuentro contigo mismo”, describe la corredora.

Hoy en día el correr también es una moda, pero en México no estamos acostumbrados a hacer ejercicio, salvo cuando el médico lo recomienda, por lo que para el corredor esto va más allá de la salud, para ellos es secundario, es una libertad, porque si bien se puede practicar en una caminadora, el efecto no es y nunca será lo mismo.

“Todo es abismal, es sentirse libre, fluyes mejor, convives con el aire y la naturaleza, experimentas la altura, convives con los rayos del sol, el viento, la brisa y humedad, los ecosistemas y un sinfín de recursos que te hacen estar vivo, te hacen engancharte a correr, a superarte, a participar en carreras y maratones, y a siempre querer más”, explica la atleta con orgullo erguido.

Primero, poco a poquito

Lo recomendable para iniciar a correr es caminar, luego trotar y poco a poco aumentar la velocidad sin la idea de “comerse” diez kilómetros en tan sólo una hora, porque esos son los corredores de ocasión y no de tradición. Al principio no se tiene la costumbre y para prevenir lesiones lo ideal es iniciar con calentamientos y luego con trotes, lo mejor es que no se compite contra nadie.

“Lo mejor es trotar durante un kilómetro, luego comenzar a correr hasta llegar a 3 y 5 kilómetros, te vas enganchando y siempre quieres tratar de dar un poco más, te apasionas, y buscas más”.

La calle es la primera pista para “correr”, es lo usual y lo primero que ves a tu paso, pero lo mejor es la arcilla y el tartán, también un poco de terracería, aunque lo ideal es alternar.

Durante los primeros kilómetros en las andadas “quieres mejorar tiempos, superar distancias, perfeccionas técnicas de aguante y resistencia, alternas el caminar, trotar y correr, ya que no tienes prisa para después llegar a medios maratones”, cuenta la atleta.

Para dar ese brinco a las carreras es tener una buena alimentación e hidratación, estar en un buen peso, tratar de no contar con lesiones, tener un buen ritmo y no parar durante los kilómetros que se busquen recorrer.

ETERNA BATALLA

El cronómetro y las distancias son los primeros rivales para atender en el mundo del corredor, ya que al comienzo domina el reloj y “quieres bajar de tiempo a la hora de recorrer 10 km, deseas correr en menos de la hora, en México esa es la medida, el 90% de los corredores la hace en ese tiempo y hay otros que lo hacen en media hora, pero eso son los aficionados, por eso hay corredores elite, avanzado, base, local, semi-élite, élite, quienes llevan por buen puerto la distancia que deben recorrer”.

Los pilares fundamentales

Una buena alimentación e hidratación son básicas para emprender el viaje al mundo de las carreras, acudir con el doctor, un nutriólogo y hasta un couch son fundamentales, ya que así un atleta puede alcanzar de mejor manera los objetivos.

El cuerpo humano es tan sabio que hasta en una carrera puede haber problemas como falta de oxigenación, dolores musculares, malestares de cabeza, aumento de ritmo cardiaco, lesiones en huesos y articulaciones, por ello, lo ideal es acudir con los especialistas antes de emprender una carrera.
Ya que “cuando corres conoces tu cuerpo, en mi caso, antes de correr solamente desayuno un plátano, pero hay quienes prefieren un desayuno más completo para tener la energía necesaria”.

No obstante, “les duele la pancita, se sienten pesados y no les cae nada bien el desayuno, les duele la cabeza y hasta aumenta su ritmo cardiaco”, dichos inconvenientes pueden pasar factura a la hora de participar en una carrera.

Debes recordar que, “durante la carrera no te debes parar al baño o lo menos posible porque vas contra tu reloj y llevas un ritmo, buscas hacer un buen papel. Quieres hacerlo mejor que la última vez”. Y durante ella, lo ideal es consumir “frutos secos, consumir carbohidratos, lo principal también es conservar energía porque si no después te puedes desmayar y hasta dar calambres”, precisa la corredora.

Además, “estar hidratado y asesorarte con las distancias que vas a correr, lo nutriólogos se fijan en tu peso, talla, postura. Desde una semana antes debes estar hidratado, mínimo con dos litros de agua al día, recomiendan tres”.

Al finalizar la carrera, “también se debe por espacio de cuatro horas y consumir azucares, después comer en busca de recuperar proteínas, las mismas que pierdes durante la carrera”.