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4, mayo 2020 - 7:35

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Por: Víctor Manuel Torres

Fotos: Daniel Hidalgo

 

A partir de estos momentos en que el Covid19 sentó sus reales en el mundo, dice el escritor Juan Villoro (Ciudad de México, 1956), “en nuestra realidad surrealista” estar en el “ascenso” del futbol profesional “servirá para no ascender. Es una pesadilla que ningún autor hubiera podido imaginar”.

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Así responde el novelista, cuentista y ensayista luego de que se le plantea que muchos escritores de ciencia ficción han imaginado realidades distópicas y se le pregunta, en consecuencia, cómo sería una novela de este tipo y protagonizada por la ausencia del futbol en el mundo. “México está viviendo su propia distopía con la segunda división, a la que con buenas intenciones se le llamó ‘categoría de ascenso’. De ahora en adelante, en nuestra realidad surrealista estar en el ‘ascenso’ servirá para no ascender”.

 

Y remata: “Es una pesadilla que ningún autor hubiera podido imaginar. En lo que toca al planeta entero, si esto durara mucho tiempo, podríamos pensar en un mundo de futbol virtual, no muy distinto del que algunos jugadores practican en su tiempo libre. Cuando fui a hacer un reportaje al Camp Nou (en Barcelona) encontré a Ronaldinho haciendo un anuncio comercial. En las pausas de la filmación mataba el tiempo con la PlayStation jugando… ¡con el personaje de Ronaldinho! En una distopía planetaria, Messi, Cristiano Ronaldo y compañía manipularían a sus avatares digitales”.

 

En entrevista vía correo electrónico con ESTO, el autor de la novela “El testigo” (Premio Herralde, 2004) suscribe aquella frase que reza que “el futbol es una religión” e imagina cómo sería el mundo sin el dios balón. “Escribí mi libro ‘Dios es redondo’ pensando en eso. El futbol es un sistema de creencias en el que esperas milagros y le tienes fe a los tuyos, pase lo que pase. Por otra parte, el balón, como las deidades, bota en forma caprichosa y de pronto hace un ‘extraño’. No puede haber futbol sin balón”.

 

En caso de que no se pudiera volver a jugar por mucho tiempo, el integrante de El Colegio Nacional considera: “Tendríamos el futbol digital del que hablaba antes y también repeticiones de grandes partidos antiguos; poco a poco, los más importantes adquirían el peso de sagradas escrituras”.

 

DOBLE CRISIS

 

El paro futbolero podría llegar a ser un gran problema económico, pero no una tragedia, piensa Villoro, quien también llama la atención sobre las tremendas desigualdades salariales dentro de los clubes. “La crisis económica no necesariamente será mala para el futbol, porque el deporte no podía estar peor gestionado. Y no sólo me refiero a la corrupción que ha predominado en la FIFA y que fue investigada por el FBI, constándole el puesto a Joseph Blatter (en 2015), sino a la terrible inequidad entre los equipos. No es posible que un jugador cueste más que todo el equipo al que se enfrenta. Estos desniveles han perjudicado a las ligas. El hecho de que en Europa se juegue tan seguido (en la mejor liga del mundo, la inglesa, se disputan tres torneos al año, además de Champions y UEFA) hace que al final de la temporada cada club sea un hospital”.

 

Y, en el mismo sentido, se refiere al caso del futbol nacional, en el que prevalece la disparatada liguilla y algunos jugadores estrella viven en un engañoso aislamiento de la realidad social: “En México, la avidez por ganar dinero a toda costa ha impedido que se regrese a los torneos largos (los únicos que importan) y se preserve la absurda liguilla, donde el octavo puede ser campeón. Espero que la crisis sea un baño de sensatez, que se establezcan topes razonables para la economía y que se considere que el futbol, siendo un negocio, sobre todo debe ser un deporte”.

 

Por otra parte, Villoro plantea que los futbolistas ganen menos durante un tiempo, pues eso “puede acercarlos a la mayoría de los mortales, de los que suelen despegarse con demasiada prisa (en su propio detrimento, pues cuando se les acaba la burbuja del futbol regresan a la realidad en calidad de zombis)”.

 

NO ES PARA TANTO

 

Juan Villoro, autor de la colección de cuentos “La noche navegable” (1980) y Premio Xavier Villaurrutia en 1999 por su libro “La casa pierde”, descarta que una ausencia prolongada de futbol pueda provocar revueltas sociales. “Es muy exagerado pensarlo. El futbol no es tan importante. La guerra entre Honduras y El Salvador comenzó con un partido de futbol, pero su causa fundamental no era decidir el marcador sino dirimir problemas profundos entre dos países. El futbol tiene una importancia social superior a la de la cerveza, pero es apenas un poco más importante que ella y no es casual que se hagan compañía. El famoso ‘tercer tiempo’ de los partidos llaneros tiene que ver con compartir chelas. Ahora que no hay abasto de cerveza mucha gente ha caído en la desesperación”.

 

El futbol, complementa Villoro, “acompaña la vida del mismo modo, aunque, ciertamente, tiene un componente emocional y de identidad más significativo que la cerveza. Prescindir de ambas pasiones empobrece la vida, pero no creo que esa sea una causa para una revolución. Me parece frívolo que en un país que todavía no ha cumplido los ideales de la Revolución mexicana (democracia plena y justicia social) nos preocupemos en exceso de nuestras bebidas favoritas o nuestras diversiones”.

 

“INEXISTENTES”, COMO LOS BEATLES

 

El año pasado, se le plantea a Juan Villoro, se estrenó la película británica “Yesterday”, cuya idea central es cómo sería el mundo sin que los Beatles hayan existido para la humanidad, excepto para una persona. Siguiendo el caso hipotético, se le pide un ejercicio de imaginación: ¿cómo le explicaría este deporte, y las pasiones que desata, al resto del mundo? “Diría que se trataba de un deporte apasionante que extrañamente podía terminar 0-0, que se jugaba con la parte menos privilegiada del cuerpo (los pies), que no se requería de especial atletismo para practicarlo (alguien bajo y regordete podía ser un Maradona), que apasionaba porque el árbitro se equivocaba mucho y hacía que las injusticias en la cancha se parecieran a las de la vida y que algunas de las mejores jugadas tenían que ver con el engaño (la finta) o con lo que no ha sucedido (el pase al hueco). Naturalmente, nadie me creería”.

También hace alusión a los Juegos Olímpicos de Tokio que debieron celebrarse en el verano siguiente y que, tras mucha resistencia de los organizadores, debieron posponerse para 2021. Pero, ¿qué hubiera sucedido si, en lugar de Olímpicos, se hubiera tratado de un Mundial de futbol? “No habría pasado nada particular desde el punto de vista social, pero habría activado nuestra imaginación. Pensaríamos en lo que ciertos jugadores no pudieron lograr en ese momento particular. México quedó fuera de Italia 90 por el caso de los cachirules. En aquel entonces Hugo Sánchez estaba en el mejor momento de su carrera. Nunca sabremos lo que podría haber hecho en ese Mundial, del mismo modo en que tampoco sabremos lo que hubiera logrado Alberto Onofre veinte años antes, en México 70, de no haberse lesionado en el último entrenamiento antes del Mundial”.

 

Esas oportunidades perdidas, señala el autor de libros sobre futbol como “Los once de la tribu” (1995) y “Balón dividido” (2014), “permiten practicar el futbol fantasma que siempre está en la mente de los grandes aficionados. El planeta no se paralizaría sin un Mundial, pero ciertamente especularíamos en los partidos que no se dieron en ese momento y que no se podrían comparar con los que se realizaran un año después”.

 

DIVINIDAD CÍCLICA

Para finalizar la entrevista, se le plantean dos últimas preguntas al también académico e irredento seguidor del club Necaxa:

 

–¿Cuál fue el último partido que vio antes de que se cancelaran los torneos de futbol en el mundo? ¿Le pareció emocionante o bien jugado al menos?

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“Vi la extraordinaria victoria del Atlético de Madrid sobre el Liverpool, que nadie esperaba y que fue un excepcional y muy merecido triunfo del pundonor”.

 

–Quiero pensar que, si Dios es redondo, entonces es cíclico, así que inevitablemente rodará de nuevo en las canchas. ¿Ya se imaginó cómo celebrará el regreso del futbol a la vida diaria? “Espero celebrarlo con una victoria del Necaxa y con la eliminación del Real Madrid en la Champions por parte del Manchester City de Guardiola”.