27, diciembre 2014 - 9:11
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México, 27 Dic. (Notimex).- El 2014 fue el año de mayor madurez para la racquetbolista mexicana Paola Longoria, quien impuso una nueva marca en este deporte que la acredita como una de las mejores de todos los tiempos, aunque vio caer su racha invicta y comenzar una nueva etapa.
Ser la número uno siempre es una presión constante por demostrarlo, juego a juego, bola a bola, por tener, sobre todo, la capacidad psicológica en ese momento para tomar la mejor decisión y, si no es así, vivir con ella. Es una presión que sólo los mejores pueden aguantar porque están precisamente adaptados para ello.
En el nivel profesional lo físico es importante, pero la mente se vuelve clave para soportar el momento, una derrota, un mal tiro, un error, y superarlo para mejorar lo que viene. Así, Paola Longoria ha sido un referente en esta situación con una implacable determinación que la llevó a ganar 152 juegos consecutivos en más de tres años.
La mexicana dijo que todo comenzó con una necesidad de no perder más, de querer ser la número uno, esto tras una dolorosa derrota, y a partir de ahí vinieron 37 títulos consecutivos que dieron la idea de que su racha podía ser infinita, aunque sonara descabellado.
Después de cerrar la temporada 2013-2014 en mayo pasado con 12 títulos de 12 posibles, la mexicana se quedó a sólo un juego de superar la mejor marca impuesta en este deporte por un varón, el canadiense Kane Waselenchuk, con 137 ganados en fila.
La nueva temporada 2014-2015 ofrecía en su debut una oportunidad de entrar en la historia, lo cual logró en un inmejorable escenario, su natal San Luis Potosí, donde se dio el banderazo de salida en agosto pasado a la nueva temporada del Tour Profesional de Racquetbol Femenil.
El comienzo fue como Longoria tenía acostumbrado a su público, con un cetro más; luego conquistó la segunda edición del Abierto de Raquetas y se coronó en el US Open, donde también ganó el dobles, pero el punto más importante vendría en el Pro-Am de Stockton.
Ahí pudo llegar a la final pero tuvo una inesperada derrota ante una de sus más acérrimas enemigas deportivamente hablando, la estadounidense Rhonda Rajsich, precisamente la última jugadora que hacía tres años le había propinado su última derrota. El momento fue especial para la mexicana.
Tras la derrota tuvo unas semanas para olvidarse del tour con su participación en los Juegos Centroamericanos y del Caribe Veracruz 2014, donde consiguió tres medallas de oro de igual número en disputa.
La raqueta nacional tuvo que superar el duro golpe que dejó su racha en un total de 152 juegos invicta para reaparecer en Monterrey, y México por primera vez acogía tres eventos del tour.
Paola Longoria demostró de qué estaba hecha al tener su revancha precisamente ante Rajsich para conquistar su último torneo del año, pues ya no participó en el Clásico de Navidad.
De esta manera, la jugadora tiene en puesta una nueva etapa con otros objetivos y menos presiones de todo lo que la rodea, para apuntar a un año más como número uno, y todo continuará del 23 al 25 de enero en Cincinnati, con el primer certamen del año.