9, julio 2018 - 18:39
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Foto: Reuters
POR: JAVIER MALDONADO
Uno de los diamantes que Francia concentra en su selección es a N’Golo Kanté, recuperador estrella del Chelsea. La historia del nacido el 29 de marzo de 1991 es un ejemplo de trabajo que va desde caminar por kilómetros en busca de chatarra, hasta desplazarse en un scooter para llegar a los entrenamientos.
Kanté nació en Géranimus, un barrio perteneciente a la periferia de París. De niño se distinguía su calidad técnica con el balón, su primer club fue el Pateu, a los seis años era capaz de jugar futbol por horas, de acuerdo con el responsable del equipo, Cyril Martin.
Sin embargo, el niño debía doblar esfuerzos para mantener el barco a flote. A los siete años, Kanté debía recorrer las calles parisinas para recoger basura, reciclarla y de esa forma, contribuir a la economía familiar. La situación se complicaría más a partir del fallecimiento de su padre, lo que significaba que N’Golo tenía que trabajar una mayor cantidad de tiempo.
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El actual mediocampista del Chelsea no reculó ni un paso, por el contrario; a los 11 años fue reclutado por el Sucrenses, conscientes del talento del parisino, decidieron otorgarle una mayor carga de trabajo para desarrollar al máximo ese virtuosismo. Según el entrenador, Piotr Wojtyna, observaba en Kanté un niño trabajador, incluso comentó que a la edad de 12, lo ponía a jugar con los de 14.
Fue la paciencia una virtud que el joven debía tener en cuenta con ahínco. A pesar de sus extraordinarias cualidades físicas y técnicas, equipos de primera categoría como el Rennes, Sochaux y Lorient, rechazaron incluir a su club a N’Golo debido a su metro con 69 centímetros de estatura.
En lugar de caerse anímicamente, el hoy dorsal 13 de Francia optó por seguir trabajando, incluso con mayor intensidad. En 2010, el US Bolougne se hizo de sus servicios, por lo tanto, Kanté decidió irse de casa para emprender su primera aventura en la costa norte del país, ahí se alojaba en un albergue, recorría en un scooter dos kilómetros diarios para llegar al entrenamiento.
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Ahí fue donde llamó la atención de varios equipos, finalmente el Caen de la segunda división los reclutó, además, el entrenador Patrice Garande lo ubicó como volante de contención, Kanté aprovechó la posición para derrochar su talento como nunca antes lo había hecho, ahora no solo los ojos de Francia se enfocaron en el parisino, también el Leicester City.
Aquel entonces, el director técnico del Leicester, Claudio Ranieri, acababa ascender al club a la primera división, el objetivo era claro: no perder la categoría. Para dicha misión, el italiano pagó ocho millones de euros para incluir a N` Golo Kanté en sus filas. Los “Foxes” no solo se mantuvieron en la Premier League, sino que salió campeón de la temporada 2015-2016.
Conscientes del posible desarme económico del club, Kanté decidió unirse a un Chelsea que no estaba en mejor forma, habían destituido a Mourinho por rozar la zona del descenso.
N’Golo se convirtió en pieza fundamental dentro del club y se inmortalizó por ser el primer jugador en ganar dos veces seguidas la Premier con dos clubes diferentes, además fue distinguido como el mejor jugador de la temporada.
Hoy Kanté es un referente en el esquema de Didier Deschamps, quien lo ha llenado de elogios al señalar que es el mejor jugador del mundo en su posición. Su trabajo y perseverancia lo convierten en un ejemplo de superación e inspiración.