Pueden pasar 11 o 50 años y el campeonato Mundial Sub-17 de 2005 será igualmente recordado. Ese fue el primer título que detonó la ilusión de mejores momentos para el futbol mexicano, y que se cristalizó desde la mente del entrenador Jesús Ramírez hasta las piernas de los jovencitos que lo lograron.

Porque no solamente fue la final y goleada sobre Brasil. Todo fue un sueño en territorio peruano. Momentos buenos y malos que marcaron la historia de este equipo. Desde los titulares hasta los suplentes –porque hasta hubo quien no jugó, pero eso no importa–. Desde Sergio Arias hasta Giovani dos Santos y Carlos Vela. Cómo olvidar a César Villaluz o Héctor Moreno.

Quien diga que tuvo fe en este conjunto desde el primer momento y que no haya sido parte del grupo es un mentiroso y no otra cosa. Sólo ellos, a través de las palabras de Ramírez, se mantuvieron fijos sobre la meta hasta conseguirla. Este logro puede tener una cronología en frases con las que a continuación se ejemplifica a la perfección el proceso al título mundial.

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Jesús Ramírez: “Vamos a ser campeones del mundo”. Con esas palabras viajó a Perú acompañado por un grupo de jóvenes que seleccionó por todo el país y del que dejó fuera a jugadores como Javier Hernández, quien años después se convertiría en el “Chicharito”. El estratega nunca dejó que alguien lo hiciera dudar de lo que se había propuesto y esa fue la clave de su éxito.

Omar Esparza: “Para nosotros era normal comentar que seríamos campeones del mundo”. El defensor, quien marcó uno de los goles en la final contra Brasil, deja claro el convencimiento que tenía el grupo de jugadores gracias a la labor que había realizado su entrenador. La duda nunca ha sido buena compañera para la consecución de las metas y eso quedó demostrado.

Édgar Andrade: “Siempre nos sentimos a gusto con Chucho, nos habló bien y todos queríamos cambiar la historia de México”. El mediocampista metió un autogol en los cuartos de final ante Costa Rica. Más allá de derrumbarse, el plantel se levantó y mostró personalidad hasta realmente cambiar la historia del balompié de nuestro país.

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César Villaluz: “La idea siempre fue ganar el premundial y después llegar bien a Perú”. La idea no surgió desde que tomaron el avión a Perú, sino mucho antes. Justo en el torneo clasificatorio, antes de conseguir su boleto a la Copa del Mundo. Desde ese instante construyeron el sueño que al final se hizo realidad.

Jesús Ramírez: “Aquí no hay límites. Somos de México. Sin embargo, el entorno no juega, aunque puede ser negativo. Ya no es difícil que al jugador le digas vamos a ser campeones del mundo y te van a decir que sí”. Es el resumen de la historia hecho por el propio estratega. Siempre con una mentalidad ganadora y convencido de sus alcances, ahora mantiene su labor de motivación como lo hizo con aquellos jóvenes desconocidos.

Y de aquellos llamados niños de oro que dejaron de ser niños y continuaron con sus caminos. Algunos con más éxito que otros, y hay casos, como en toda familia, en los que el futbol ya no fue opción y siguieron con su vida lejos de las canchas. Sea como sea, todos ellos marcaron el 2 de octubre de 2005 como un día distinto para el futbol mexicano. Otros han logrado volver a ser campeones de esta categoría, pero ellos fueron los primeros y eso siempre tendrá un valor agregado.