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Hemeroteca Deportiva. Humberto Parra Rodríguez
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ESTO

16, agosto 2016 - 12:39

Humberto Parra

Para algunos, la versión más fiel refiere la tregua acordada entre Lisurco, Cleotenis e Ifito en representación de Esparta, Pisa y Elis, celebrándose los primeros juegos en el año 884 a. C. Pero, insistimos en que muchos, pero muchos años, o siglos antes, se habían celebrado festivales atléticos en Olimpia, que, suspendidos, fueron renovados por el Fito ya con el nombre de Juegos olímpicos.

Sin embargo, no se tienen referencias de la primera y está aceptada la del año 776 a. C. como la que inicia el conocimiento exacto del espectáculo. Corebo de Elis figura como vencedor en la única disciplina de la carrera del estadio, de una longitud de 192.27 m. En 724 a.c. Se introduce el díaulo o doble estadio, que consiste en un recorrido de ida y vuelta. En 720 a. C. aumenta el programa con el dólico, de 24 estadios, o sea 12 veces ida y vuelta. En el 708 aparece en la lucha y el pentatlón, comprendiendo este último las carreras a pie, la lucha, el lanzamiento del disco, El salto y boxeo, sustituido luego por la jabalina. En 668 se incluye el pugilato, primera contienda individual de boxeo y en el 680 surgen las carreras de cuadrigas. En el 648 se conoce el pancracio, en el 520 la carrera de armados y en el 444 los concursos de arte. Finalmente, en el 393 d. C. Teodosio primero promulga un dicto suprimiendo los juegos olímpicos.

Revisando la historia de Juan Fauria sobre las olimpiadas, leemos que existe una oscuridad casi completa en cuanto se refiere a las competiciones celebradas por las mujeres, quienes, si bien es cierto que estaban impedidas de presenciar al hombre en la competencia olímpica, tenían sus propios torneos en el mes de septiembre del año en que tenían lugar los juegos olímpicos, o sea, dos meses después de estos, Y que lo hicieron durante más de 1000 años, celebrando sus juegos en honor de la diosa Hera. La rama de olivo era el premio del atleta vencedor, pero también tenían otros. En el 544 les fueron autorizadas estatuas en su propio honor, en el 536 Prasidamos y Rixibios erigieron las primeras.

Los campeones eran probablemente más respetados que los campeones de hoy, y un ejemplo de ello es Dorieo, hijo de Diagoras, que luchó por Esparta contra Atenas, Y habiendo sido hecho prisionero, fue liberado sin rescate debido a su grandeza olímpica. Los reyes decían competir en busca de honores olímpicos que eran más codiciados que los del trono. Entre los reyes campeones se encuentran Gelon y Hieron, de Siracusa, Theron de Agrigento; Arqueloa de Macedonia; Pausanias de Esparta. Alejandro el grande pretendió honores olímpicos en la carrera a pie, y en el 67, d. C., Nerón es vencedor comprando o amedrentando a sus contrincantes para parecer como triunfador en carreras y concursos de música.

Millón, de Croton, fue uno de los grandes campeones. Como luchador triunfó seis veces. Ippostenés, de Esparta, fue ganador en un juvenil. Luego venció en cinco consecutivas en las de adultos. El primer campeón olímpico que venció dos veces consecutivas fue Pantacle, de Atenas, en la carrera del estadio, en 696 y 692. Fue también el primer ganador de Atenas. Filón brotó de Esparta, ganó tres veces consecutivas en pentatlón.

Uno de los grandes campeones de la antigüedad fue Leónidas de Rodas, cuatro veces consecutivas (164-160-156-152) triunfando las carreras del estadio. Filombroto, de Esparta, ganó tres veces consecutivas de pentatlón, ya dicho anteriormente y se le recuerda como uno de los grandes de la época.

El último campeón grande en los anales de las antiguas olimpiadas fue Varastade (un armenio) en boxeo. Hay que insistir en que las olimpiadas despertaron tanto interés que fue creciendo su poder. Los romanos, sin embargo, destruyeron la verdadera esencia, dignidad y ejemplo olímpico. En el 393, D. C. es cuando Teodosio acaba con el evento. En el año 395 Olimpia fue arrasada por los godos y la colosal estatua de Zeus, toda en oro y marfil, fue llevada a Constantinopla, donde la destruyeron con fuego, en el 426 Teodosio II dio órdenes para destruir todos los templos, entre los que se encontraba el de Olimpia. Y en el siglo siguiente, violentos terremotos completaron la obra destructiva.

Fue en 1723 cuando se registran los primeros hallazgos arqueológicos, y en 1766, Fauvel y Chandler realizan las primeras excavaciones que serían continuadas en 1829 por los franceses. Estos abandonaron los trabajos ante la magnitud de la empresa. Se reanudaron en 1875 y 1881, y en nuestro siglo, en 1958, fue terminada la gran obra arqueológica con la búsqueda de pruebas, tesoros reales de aquella remota época regida por el espíritu deportivo de las olimpiadas griegas.

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