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4, febrero 2016 - 11:07

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La Monumental Plaza de Toros México se vestirá de gala este viernes, para celebrar su 70 aniversario de vida, tiempo en el cual ha registrado una rica y vasta historia, muy difícil de igualar por cualquier otro recinto de su tipo.

Monumento histórico para la capital, este recinto también es considerado como un atractivo turístico, no sólo para el que gusta de la fiesta de los toros, sino para cualquier otro visitante foráneo que se interese en conocer la cultura y tradición que tiene la ciudad.

La Plaza México ha soportado de pie durante siete décadas muchas batallas contra sectores bien definidos que se oponen a la llamada fiesta brava, y pese a ello, el monumental escenario sigue vigente y más vivo que nunca.

Apenas el pasado domingo 31 de enero, el colosal escenario vivió uno más, de los cientos de destacados momentos que ya han pasado a lo largo de sus 70 años de historia, con un publicitado y bien difundido “mano a mano” entre dos colosos de la tauromaquia.

En su ruedo se enfrentaron el afamado diestro madrileño José Tomás, quien se hizo torero en estas tierras mexicanas, y el joven aguascalentense Joselito Adame, la actual figura juvenil del toreo “azteca”.

Fue tanta la expectación por ver este enfrentamiento, que la Plaza de Toros México, la más grande y cómoda del mundo, estuvo en boca del planeta entero, sin importar si la fiesta brava es del gusto o no de las mayorías o de las minorías.

Para celebrar sus 70 años de vida, el imponente escenario presentará este viernes 5 un atractivo cartel que sin lugar a dudas atraerá a sus tendidos de nueva cuenta, a miles de aficionados taurinos y a otros miles no tanto.

El cartel, programado para las 20:00 horas, está integrado por los toreros mexicanos Ignacio Garibay y Arturo Saldívar, al lado del estelar francés Sebastián Castella, para lidiar toros de las dehesas de Manolo Martínez y de La Estancia.

Durante estas siete décadas de larga vida, la Monumental de Insurgentes se ha consolidado como una de las plazas taurinas más importantes a nivel internacional en el planeta del toro, y sin lugar a dudas, la número uno en América.

El llamado coso monumental no sólo ha ofrecido espectáculos taurinos en estos 70 años de vida, sino también ha brindado su sede para la organización de eventos artísticos, culturales, religiosos, deportivos y hasta de tipo político.

Fue inaugurado el 5 de febrero de 1946 con un cartel formado por los diestros mexicanos Luis Castro “El Soldado” y Luis Procuna, y por el legendario matador español Manuel Rodríguez “Manolete”, con toros de San Mateo.

Tras su inauguración, la gigantesca y nueva plaza sólo presentó al público cuatro corridas, en las que “Manolote” y el inolvidable “Faraón de Texcoco”, Silverio Pérez, quien cortó el primer rabo en su historia, fueron las partes principales.

La México fue construida a iniciativa del empresario yucateco de origen libanés Neguib Simón Jalife, quien deseaba edificar una compleja y completa Ciudad Deportiva en las afueras de la todavía apacible capital mexicana.

El proyecto fue planeado para tener una alberca, pistas de boliche, canchas de basquetbol y voleibol, un estadio de futbol (el actual estadio Azul) y la plaza de toros, así como un centro comercial y de espectáculos con restaurantes y salas de cine.

Debido a diversos problemas, sobre todo los de tipo financiero, del proyecto original sólo se pudieron construir la espectacular Plaza de Toros México y el actual estadio de futbol.

El ingeniero mexicano Modesto C. Rolland fue el encargado de edificar la imponente plaza en uno terrenos que ocupaba una ladrillera en la colonia Nochebuena, ubicada en ese entonces, en una zona muy despoblada de la Ciudad de México.

La obra monolítica de hormigón armado, que inició su edificación el 1 de diciembre de 1944, tuvo una característica única en el mundo de la construcción de esa época; el ruedo estaría ubicado a 20 metros por debajo de las calles de la colonia Nochebuena.

El impactante escenario, que tiene un aforo para más de 42 mil personas y que fue construido en tiempo récord para la época, fue adornado en sus fachadas por diferentes esculturas, todas de tipo taurino, obras del maestro valenciano Alfredo Just.

En su majestuoso ruedo han desfilado a lo largo de estos 70 años, las máximas figuras del mundo de los toros de todos los tiempos, tanto nacionales como internacionales.

Por todo ello, la Monumental México se codea con su alto prestigio, como una de las tres más reconocidas a nivel mundial, junto a la Plaza de Las Ventas en Madrid, considerada como la “catedral”, y la Plaza de la Real Maestranza de Caballería en Sevilla. Notimex