Entre las fallas técnicas y el sufrimiento de los penales. Así vivieron los cerca de 10 aficionados que vieron a a sus Diablos Rojos del Toluca coronarse bicampeones del futbol mexicano, en la Glorieta de Colón.

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El espacio, que se ubica a un kilómetro del Nemesio Diez y entrelaza algunas de las principales avenidas de la ciudad, se convirtió en una fiesta desde por lo menos cuatro horas antes de iniciar el duelo ante los Tigres.

En una de las avenidas que desemboca en la glorieta, la Venustiano Carranza, varios optaron por tener un lugar en los bares y restaurantes de ahí, pero la mayoría, los que les gusta la verdadera fiesta, no dejaron un espacio vacío en el espacio que rodea el monumento al Centenario de la Independencia.

Como no podía ser de otra forma, las banderas gigantes del Toluca, los fuegos artificiales rojos y la espuma de lata no pudo faltar. Aunque la fiesta pasó a ser una que repartió más preinfartos de que alegrías.

El primer tanto de Gignac hizo bajas las cuentas de banderas y provocar tensión. Pero con los goles de Helinho y Paulinhi, la explosión de júbilo se restauró

Los aficionados del Toluca sufrieron con el partido y las fallas técnicas

Sin embargo la molestia generalizada llegó cuando la señal de transmisión en las pantallas, la de ViX, se trabó hasta en 7 ocasiones y, además, tenía un retraso con respecto a los bares cercanos. Por lo que inclusive el gol se Paulinho se escuchó antes en el sector más alejado. Para solucionarlo, los organizadores optaron por cambiar la señal a TV Azteca donde lo vieron hasta el final.

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En lo penales, una lluvia de emociones invadió a los presentes. Para la falla de Ángel Correa, varios inclusive comenzaron a llorar al pensar en el campeonato. El tiro definitivo de Alexis Vega hizo explotar, por última vez en la noche del domingo, a la glorieta, aunque la fiesta siguió hasta altas horas de la madrugada del lunes.