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11, diciembre 2025 - 6:00

┃ Arturo Méndez

Carlos Zolezzi da vida a la mascota de Tigres / Foto: Oswaldo Figueroa

San Nicolás.- En muchas ocasiones la vida parece tener predestinado un camino para ciertas personas. Sin imaginárselo, Carlos Zolezzi, se convirtió en una de las figuras más importantes dentro de los Tigres, la entrañable mascota.

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Son más de tres décadas las que el originario de Tamaulipas se ha colocado la botarga felina cada día de partido en el estadio Universitario. Ha sido testigo de grandes proezas y formado parte de seis de los ocho títulos que hoy adornan las vitrinas auriazules.

“Hay mucha gente que conozco, mucha gente del club que me dice ‘yo todavía ni nacía y tú ya andabas aquí trabajando. Son ya 30 años de carrera, toda una vida haciéndole a este personaje de la botarga, siempre muy agradecido con toda la gente, con toda la afición, con la directiva, con el club por todo el apoyo que se me ha brindado”, mencionó en charla con ESTO.

Carlos ha coleccionado cientos de recuerdos y anécdotas a lo largo de una trayectoria que arrancó de la forma más inesperada, una que relata con risas en su rostro.

Es una historia que mi señora dice que es medio cómica, medio chusca. Yo estaba en las gradas, vine a verla, ella era porrista y la persona que se ponía la botarga en ese momento se enfermó de varicela, ahí la coreógrafa me invitó a ponerme la botarga”, contó mientras soltó una carcajada.

“Hice mi show, traté de hacer lo mejor posible con un show improvisado y a la gente le gustó. Me volvieron a invitar al siguiente partido y la directiva decidió invitarme a trabajar de fijo”, agregó.

Zolezzi ha impreso un estilo único al tigre que niños y adultos admiran dentro del Volcán en cada duelo que ‘La U’ es local. Esa cabeza de peluche y el enorme jersey serían simples pedazos de tela sin su carisma e ingenio.

“Han sido muchos cambios, de ser un tigre que era muy fuerte ahora es un tigre muy cariñoso, guapachoso, amable, tierno. Cambios un poquito la estrategia, pero la afición lo ha arropado bastante”, dijo.

Cada día de juego demanda una larga y acalorada jornada. Carlos llega tres horas antes del silbatazo inicial, sale al campo para las activaciones que amenizan la previa y anima en el mediotiempo. La labor es gratificante, pero exigente, la actividad física sumada a la pesada botarga siempre lo hacen terminar agotado, pero satisfecho: “eso es parte del trabajo”.

“El traje pesa 12 kilos, está un poquito pesado. Después uno empieza a sudar -porque aquí los calores de Monterrey están pesados-. Termino completamente mojado, empapado de sudor porque la botarga es peluche. Llega a pesar hasta 15 o 16 kilos durante los partidos”, señaló al Diario de los Deportistas.

Zolezzi se casó en el Estadio Universitario

Para Carlos el estadio Universitario es sagrado. Su lugar de trabajo se ha convertido en un templo que ama a tal grado de que decidió contraer nupcias con su pareja en el césped del recinto decidió San Nicolás de los Garza.

“Fue mi boda aquí en el 97, al principio mi esposa lo tomó como broma. Ya cuando empezó a ver en los medios que el tigre se quería casar aquí le daba pena. Al final tuvimos una experiencia única aquel 8 de marzo”, contó lleno de orgullo.

Sin embargo, ese no es el recuerdo que más atesora en el Uni. El primer título que la institución consiguió con él formando parte de la nómina fue el del Apertura 2011, ahí vivió el que describe como su memoria más valiosa.

“Un recuerdo que tengo bien guardado es cuando quedamos campeones en el 2011 y mi hijo cuando él era el tigre chiquito sale corriendo festejando y yo salgo detrás. Para mí fue mi primer campeonato y lo tengo siempre en mi mente, cierro los ojos y veo esa imagen”.

Carlos Zolezzi asegura que un tigre nunca deja solo a otro

El ímpetu de Carlos por darle vida a la mascota de los Tigres se ha visto afectado en los meses recientes debido a un problema en las rodillas que requiere una intervención quirúrgica sumamente costosa. Su familia organizó una colecta en redes sociales hace un par de días, pero la meta se completó con el aporte del club que decido financiar el procedimiento.

Cuando me dieron la noticia estábamos a nivel nacional y me agarré llorando de la felicidad por dentro del tigre. No se veía que estaba llorando, pero por dentro estaba temblando, estaba muy contento. La gente de Tigres siempre ha sido muy unida, con mucho apoyo, son como dicen ‘incomparables’. Un tigre nunca deja solo a otro tigre y la verdad es que me tenían esa sorpresa”, dijo.

Fue el pasado fin de semana, durante la vuelta de la semifinal ante Cruz Azul que en la transmisión de TV Azteca, los comentaristas le dieron la noticia a Carlos, la cual compartió con su familia al finalizar el encuentro.

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“Ya que bajo al vestidor y me quito el traje me puse en una llamada en vivo con mi señora y me vio llorando. Ella asustada pensó que me había pasado algo, pero mi hijo le enseñó qué era lo que estaba a pasando y ya, alegría en todo”, remató.