El futbol está lleno de momentos en donde los aficionados dicen ¡Lo que hubiera sido si ese partido se daba! Esto sucede en todas partes y más en el futbol mexicano, un entorno de equipos que si bien no son los de más aficionados, sí generan una simpatía tal que logran que a casi todos les caigan bien. Ese es el caso del Puebla y del ahora extinto Indios de Ciudad Juárez, dos de los cuadros sin tantas glorias deportivas pero que en un año en específico ambos pudieron haber protagonizado una final que a más de uno le hubiera sacado una sonrisa del rostro.

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Un equipo con casi 20 años sin aparecer en finales y uno que nunca había ido tuvieron la oportunidad de cruzar sus caminos en la pelea por el título.

El Clausura 2009, uno de los más coloridos de la Liga MX

Era el Clausura 2009, un torneo digno para un reportaje completo porque tuvo de todo. Un histórico como Necaxa perdió la categoría por primera vez en su historia. América seguía en una crisis titánica en donde nuevamente no pudo entrar a liguilla. Un Tecos que de la mano de Miguel Herrera y José de Jesús Corona jugaba muy bien.

Pero sobre todo sobresalió por algo en específico. Dos equipos, de esos catalogados como modestos, daban a la campana pero en grandes proporciones. Por un lado, en la capital poblana, un Puebla comandado por el José Luis Sánchez Solá, mejor conocido como el “Chelís”, clasificada a liguilla como quinto mejor posicionado. Por otro lado, desde la frontera de México con Estados Unidos, un recién ascendido Indios de Ciudad Juárez se salvaba del descenso de manera dramática y con un cierre de campeonato que los terminó llevando sorpresivamente a la liguilla, haciendo historia para la ciudad con un plantel que parecía destinado al fracaso.

Fue así como dos de los cuadros catalogados como de los más débiles de la liguilla saltaban cada quien a su campo con la sola esperanza de regresarle a su gente una alegría que no vivían muy a menudo.

Puebla e Indios, las sorpresas que llegaron a la liguilla del Clausura 2009

Parecía que los dos la tenían muy complicada, Puebla, con todo y siendo quinto clasificado, tenía que verse las caras con Monterrey, si ese que después sería histórico y que ya era dirigido por Víctor Manuel Vucetich y con figuras de la talla de Humberto “Chupete” Suazo.

Por el otro lado Indios viviría su primera liguilla en su historia y sería ante el vigente campeón de la Liga MX, Toluca.

Puebla fue contundente en su tierra y con un 3-1 hizo vibrar al Estadio Cuauhtémoc y lo llenó de esperanza de poder eliminar a uno de los equipos más potentes en el futbol mexicano. Indios, con puro corazón, vencieron por la mínima a Toluca en un Olímpico Benito Juárez abarrotado.

A la hora de la vuelta, Puebla se aferró a más no poder y consiguió un valiosísimo empate a 2 que le dio el pase a la semifinal. Indios no desentonó y fue con todo por mantener el marcador en 0 en la bombonera y sorpresivamente lo hizo.

Puebla e Indios estaban en la semifinal. Los camoteros se verían las caras con los Pumas de Ricardo Ferretti, mientras que Indios se mediría con el líder general Pachuca.

La vez que Puebla e Indios pudieron jugar una final de Liga MX

El golpe a su alegría les llegó a ambos en la ida. Puebla perdió 1-2 en casa ante los universitarios e Indios no pudo hacer efectiva su condición de local y sucumbió 0-2 con Pachuca. Los dos cayeron, pero ninguno perdió la esperanza.

De los dos quien más posibilidades tuvo y que de hecho por unos minutos tenía su nombre inscrito en la final era el Puebla, equipo que se metió con coraje al Estadio Olímpico Universitario con el entendido de que solo una victoria por diferencia de dos goles o más los tendría en su primera final en 16 años.

Desde el principio se mostraron agresivos y esto tuvo su apremio, para sorpresa de muchos los dos goles de la Franja cayeron y mantuvieron este marcador hasta el minuto 88. Sí, después de más de 80 minutos Puebla estaba haciendo la hazaña y dejaba fuera a Pumas, pero un cabezazo de Verón cuando todo el equipo estaba volcado regresó la vida al Olímpico Universitario e instalaba a los felinos en una final más, dejando helados a los dirigidos por el “Chelís”.

Indios en Pachuca no tuvo un día de campo, pero con su fiel estilo lleno de corazón y empuje dieron todo por la serie, logrando apagar por un tiempo a los cánticos del Estadio Hidalgo. Indios ganó ese juego 3 goles a 2, cayendo eliminados con la cara en alto pero igualmente tristes.

Así fue como se apagó la ilusión de dos equipos con poco dinero en la plantilla pero con mucho corazón que estuvieron muy cerca de protagonizar una final que sin duda habría sido icónica.

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