Ángel Sepúlveda vive sus últimos días como jugador de Cruz Azul. Mientras la Máquina prepara su participación en la Copa Intercontinental, el delantero mexicano tiene prácticamente definido su regreso a Chivas, club donde ya lo esperan una vez concluido el torneo internacional en Qatar. Las negociaciones avanzaron durante los últimos días y derivaron en un acuerdo total de compra entre ambas instituciones, por lo que el traspaso se podrá hacer oficial en cuanto culmine la participación cementera.

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Según reportes, el Cuate podrá firmar un contrato por un año y medio, con opción a seis meses adicionales, una apuesta directa para apuntalar el ataque del Guadalajara ante las probables salidas de Javier Hernández y Alan Pulido. El movimiento ha llegado con respaldo absoluto del técnico Gabriel Milito, quien solicitó al goleador como una de sus prioridades para reforzar la ofensiva rojiblanca de cara al Clausura 2026 para ser la competencia directa de Armando González en pleno año mundialista.

Ángel Sepúlveda pierde la titularidad en Cruz Azul

El presente del atacante nacional está lejos de su mejor versión. En la actual Liguilla se marchó sin gol en cuatro partidos, se fue en blanco en la serie de cuartos de final precisamente ante el Rebaño Sagrado y tampoco pudo hacerse presente en la semifinal frente a Tigres. Su baja productividad no comenzó en la fiesta grande. En las últimas dos jornadas del torneo regular, ante Puebla y Pumas, disputó apenas 37 minutos sin trascendencia, síntoma claro de que Nicolás Larcamón había inclinado definitivamente la balanza en favor del uruguayo Gabriel Fernández como titular indiscutible.

El bajón estadístico es evidente con sólo dos goles en sus últimos 16 partidos, donde acumuló 565 minutos en ese periodo. Su último tanto fue a finales de octubre ante Rayados. Una cifra muy alejada de la consistencia que mostró hace apenas dos torneos, cuando se convirtió en uno de los referentes ofensivos celestes y uno de los atacantes mexicanos más efectivos. La tendencia reciente, combinada con su rol secundario en la plantilla, abrió la puerta para que el club analizara su salida y diera luz verde a su negociación.

Aun así, la Copa Intercontinental representa para Sepúlveda una última oportunidad en su etapa cruzazulina. Será el cierre de un ciclo en el que dejó números significativos y episodios de alto impacto para la afición cementera como en Concacaf, aunque su despedida llegue en un momento de declive individual. El pensamiento del delantero ya apunta a la Perla Tapatía, pero antes buscará marcharse de Cruz Azul dejando una última buena impresión y una actuación digna en el torneo internacional.

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